A sus 75 años de edad falleció el reconocido pintor mexicano, Arturo Rivera, un artista provocador polifacético que según lo expresado por la galerista Loudes Sosa “nunca se traicionó a sí mismo; es una gran pérdida para el arte mexicano porque con una óptica muy especial, era capaz de captar el sentimiento humano”.

Sin duda es una muy sentida pérdida no sólo para México, sino para todo el mundo del arte. En tal sentido, se recuerda una entrevista con Avelina Lésper, en la que el maestro Arturo Rivera habló acerca de su relación con la pintura y la definió como “una especie de meditación porque no estás contigo, estás fuera de ti, del otro lado. Cuando estás meditativo estás metido en la pintura. Usas la razón cuando te sales del estado meditativo y piensas la composición, qué color poner, cuál es la paleta que voy a usar”.

El artista falleció la madrugada del jueves 39 de octubre y de forma íntima y discreta, los restos de Rivera fueron velados por su hija, su hermana Hilda, los poetas Eduardo Lizalde y José Ángel Leyva, el fotógrafo Pascual Borzelli y Mara Lamadrid, justamente tratando de evitar la concentración de personas, debido a las medidas de prevención contra el Covid-19.

De esta manera, Leyva expresó que “el conocimiento que tuve de Arturo y de su trabajo es el de una gran lealtad al arte: no era un artista que buscara el brillo de los reflectores, sino un artista comprometido con el rigor de su trabajo y exigía mucho a la gente que estaba a su alrededor, porque él se exigía mucho”.

Con un sentido mensaje, la rectora del Claustro de Sor Juana, Carmen Beatriz López-Portillo Romano, escribió para el medio MILENIO un texto de despedida, bajo el título de “Arturo Rivera, un trazo en su memoria”, en el cual destacó que “su pintura no solo es técnicamente perfecta, sino que provoca al que la mira y logra que, en la punta del tiempo, el espectador dialogue con el silencio o con el grito y que los ojos de Arturo le den voz a la mirada”.

Además, Lópe Portillo agregó que “sin duda, es uno de los más grandes pintores mexicanos, desgraciadamente no tuvo el reconocimiento que merecía ni la oportunidad de exponer en alguno de los grandes espacios nacionales como Bellas Artes”.

Asimismo, en un homenaje póstumo se piensa resarcir el desdén de las autoridades culturales hacia la obra del artista Arturo Rivera, quien nunca expuso en el máximo recinto cultural de México.

El propio artista, cuando inauguró su última gran exposición “Autofagia” en la Universidad del Claustro de Sor Juana, retó al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para que pudiera mostrar su trabajo en Bellas Artes.

En ese momento, el pintor destacó que “creo que es justo que me den el Palacio de Bellas Artes para exponer mi obra”.

Sobre su vida, nació en Ciudad de México en 1945, estudió pintura en la Academia de San Carlos y serigrafía en The City Lil Art School en Londres. Después de vivir ocho años en Nueva York, en 1979 fue invitado por el artista Max Zimmerman como profesor asistente en la Kunstakademie, en Munich, Alemania. 

Expuso de manera individual en recintos de Chicago y Nueva York, además del Museo de Arte Moderno y el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, por mencionar algunos espacios en México.

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