Templo de San Andrés 

 Conservando
sus tradiciones a pesar del despoblamiento, la comunidad de Pachama año a año
recibe cientos de visitantes para celebrar y recorrer sus tesoros sur andinos
de más de 300 años de antigüedad.

 Se
dice que este lugar era de mal vivir para la comunidad, entonces decidieron
construir algo sagrado para mitigar lo malo, ahí construyeron el templo”,
Florencio Choque es presidente del comité patrimonial y fabriquero del templo
San Andrés Apóstol de Pachama, un rol que significa un profundo compromiso con
las tradiciones de su comunidad y su cuidado para las futuras
generaciones. 

 A pesar de que el pueblo actualmente está
deshabitado, la devoción a sus santos, las fiestas católicas y el Pachallampe
hace que las familias de este pueblo, a más de 3.200 metros sobre el nivel del
mar, sigan volviendo, pero además el cariño al lugar donde crecieron, donde
celebran y se vuelven a encontrar.

Todos
los años, el Festival de Arte Sur Andino Arica Barroca organiza en Pachama el
Concierto Barroco, una más de las festividades ya instaladas en la tradición
pachameña, atrayendo cada año a más de doscientas personas, que desde distintos
lugares de la región llegan en un transporte gratuito, para encontrarse con los
tesoros culturales que son custodiado en este lugar por sus familias.

El
grupo de visitantes es recibido en Chapiquiña con un desayuno ofrecido por la
comunidad, para luego comenzar un trekking por los caminos troperos del Qhapaq
Ñan. 

Kiara
Castro es estudiante de Antropología en la Universidad de Tarapacá y el año
2023 decidió ir con estudiantes de la carrera a vivir la experiencia de Arica
Barroca en Pachama. Comenta que se siente «atraída por la conexión que
tengo con estos lugares, siempre trato de venir cuando se pueda. Me gusta que
la comunidad se vincule con personas de la ciudad y así se conozcan, que tengan
interés en conocer la cultura aymara”.

Templo de San Andrés: símbolos viajeros 
en el arte mural andino

En Chapiquiña, pueblo hermano de Pachama
junto a Copaquilla, Felix Huarache, reconocido cultor de la comunidad, es el
encargado de  llevar al grupo de visitantes a recorrer uno de los tramos
del Qhapaq Ñan, antiguo camino migratorio y comercial de las comunidades
andinas, que lleva hasta el pueblo de Pachama.

En este camino, el guía Felix presenta la
escalera de Chapiquiña y puntos reconocidos en este tramo que ha sido recorrido
por siglos.

 Al llegar a Pachama, un almuerzo comunitario, conciertos, charlas,
bailes y celebración, les esperan para disfrutar la tarde junto a la comunidad.

Florencio
Choque – o don Floro, como le dicen sus cercanos – se movilizó por todos los
medios posibles para que el templo de su pueblo, de más de 300 años de
antigüedad y con daños graves a su valor patrimonial, fuera restaurado. Luego
de aunar todas las voluntades, tanto de la comunidad pachameña como de las
autoridades, la iglesia, hoy un monumento nacional, fue restaurada por la
Fundación Altiplano a través del Plan de Templos Andinos, conservando los
materiales y técnicas tradicionales de construcción.

Barro
y paja sostienen este patrimonio cultural y tesoro de Pachama cuya data se
ubica entre el siglo XVII y XVIII, con una arquitectura de estilo barroco
andina, que en sus interiores retrata parte de la historia del pueblo en sus
pinturas murales. En el Templo se conservan objetos, representaciones y
vestimentas de santos; grabados antiguos, hasta murales con un profundo
sincretismo entre la devoción católica y el espíritu de las comunidades
andinas.

Imágenes de la comunidad y de sus
terrazas de cultivos. 

Según
Magdalena Pereira, historiadora del arte y presidenta de Fundación Altiplano,
“la pintura mural en Pachama tiene conjuntos completos del último tercio del
siglo XVIII, y nos encontramos allí con elementos que nos llaman directamente a
lo local, como el maestro cantor que se encuentra en el templo. Está vestido
con un unku (poncho), con un diseño de origen andino.”

Otras
representaciones murales que se destacan, es la presencia de San Isidro
Labrador, el santo patrono de la agricultura, que aparece junto a chacras de
cultivos locales del pueblo; la figura de San Cristóbal aparece con peces que
solo existen en el altiplano. 

También se pueden encontrar iconografías que dan
cuenta del intercambio cultural entre las distintas geografías del sur andino,
como los dibujos de loros y monos, animales que se ven en el Amazonas.

Es
en este templo, donde 300 años después de su creación, artistas y bandas
destacadas del sur andino se presentan en cada edición de Arica Barroca. Un
escenario que ha recibido al charanguista codpeño Martín Romero, el trío Locus
Lopus y los Wayna Payachatas, entre otras agrupaciones musicales y del canto
tradicional, este último, formado por pachameños que promueven la música
tradicional andina entre los que está Don Florencio Choque, es el encargado
cada año de bienvenir a las y los visitantes. 

Por
todo el trabajo que ha realizado como cultor de las tradiciones de su pueblo,
Florencio Choque fue reconocido con el Premio a la Trayectoria, el Puma
Barroca, que cada año le es conferido a importantes personalidades de la
cultura, destacadas por conservar los tesoros culturales del Sur Andino.

Basta
llegar al pueblo en el transporte gratuito que sube para el festival, y solo
recorrer un poco de sus inmediaciones para encontrarse con las construcciones
tradicionales, los bosques de queñoa, el cementerio, los calvarios y las
chacras tradicionales con cultivos de maíz, papas, orégano y alfalfa. Todos, tesoros
naturales y culturales, que conserva su comunidad.
Arica Barroca se realiza en Pachama desde el 2016 y de
seguro el pueblo seguirá celebrando su identidad por generaciones.

El XI Festival de Arte Sur Andino es una
de las principales iniciativas de Fundación Altiplano y es posible gracias al
apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del
Programa de Apoyo a las Organizaciones Culturales Colaboradoras y el Fondart
Regional.

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