Edmundo Alvarado fue uno de los artistas visuales de mayor proyección en el estado Aragua. Junto con el pintor Evelio Giusseppi, su obra y trayectoria quedó reseñada por el programa televisivo Arawak Cultura en Marcha, en su sección Así somos, producido y editado por la Secretaría Sectorial de Cultura del estado Aragua en el año 2011.

Su amplia trayectoria le permitió ser reconocido como el ganador del certamen nacional de muralismo de la Gran Explosión Cultural Bicentenaria 2011, auspiciado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, con la obra La libertad, un mural de 9 metros de ancho por 2,50 metros de alto, realizado en pintura acrílica sobre pared preparada para placa, el cual creó cuando aún era profesor de Educación Artística en el Liceo Valentín Espinal. También fue ganador del Premio Regional de Artes Visuales 2013 del estado Aragua, entregado por el Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu.

Este maestro del arte nació el 6 de diciembre de 1930 en Humocaro Alto, estado Lara. Desde que era un estudiante de primaria abrazó su pasión por el arte, primero en su pueblo natal, luego en Barquisimeto. Su padre, Eusebio Gómez, músico, y su madre, una humilde ama de casa, inculcaron en él sensibilidad hacia el arte y la cultura.

En 1945 empezó a estudiar pintura en la Escuela Martín Tovar y Tovar de Barquisimeto, estado Lara, donde fue su maestro José Requena, quien era publicista y pertenecía a la generación de artistas plásticos de la Escuela del Cuño, integrada por Carlos Cruz-Diez, Manuel Cabré, Antonio Edmundo Monsanto, Luis Guevara Moreno, Juvenal Ravelo y Carlos Hernández “Indio” Guerra, entre otros. Luego se va a la Escuela de Artes Plásticas de Caracas, donde recibe clases con Guillermo Lamosa, y allí estudia publicidad, dibujo técnico, cerámica, esmalte sobre metales, toda esa gama de las artes visuales.

Siendo un artista novel, participó en el Salón Internacional de Pintura, en el Teatro Ateneo de Valencia, y fue seleccionado junto a grandes artistas de la época, como los mexicanos Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Precisamente, en la década de los 50, Siqueiros visitó Venezuela, invitado por el general Marcos Pérez Jiménez a las escuelas de arte del país, y dictó unos cursos en Caracas, a los cuales Edmundo Alvarado pudo asistir. La técnica aprendida y la influencia de los muralistas mexicanos fueron decisivas en su obra posterior.

Alvarado militó en el PCV y en los años sesenta fue perseguido político y por eso se radicó en Maracay, donde el director del Liceo Agustín Codazzi, Rafael Ramón González, le dio unas horas de clase de manualidades y también trabajo en la Consolación. Desde entonces prestó servicios en diversas instituciones de esta ciudad, incluyendo la Escuela de Arte Rafael Monasterios, a la par de su trabajo creativo de pintura y muralismo.

Entre los años 1954 y 1955 participó en el I y II Salón D’Empaire en Maracaibo, estado Zulia, donde se codeó con artistas de reconocida trayectoria internacional. Tiempo después, con la colaboración de algunos de sus alumnos, se le presenta la oportunidad de realizar una exposición en el Museo de Bellas Artes donde logra vender la mayoría de sus cuadros.

A partir de allí, vivió de la realización de sus obras, a la vez que elaboraba avisos para el sector de la publicidad. Fue miembro y fundador de diferentes salones y organizaciones de artistas en los estados Lara, Yaracuy y Aragua. Entre 1960 y 1961 fundó en Biscocuy la Escuela de Artes Plásticas Carmelo Fernández.

Edmundo Alvarado falleció en Maracay el 5 de mayo de 2018, y dejó su huella en la historia del arte contemporáneo del estado Aragua y Venezuela.

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