Formas, luces, movimiento, ilusión y experiencia sensorial es parte de lo que involucra el desempeño del arte contemporáneo en el mundo, puesto a que la misma abarca las formas de arte dentro de nuestra era, las cuales son producidas e interpretadas como un reflejo de la sociedad actual a partir del siglo XX.

Aunque creamos que el arte contemporáneo es fácil de entender, este se trata de un concepto difícil de acotar y cuyos límites varían enormemente dependiendo de a quién se le consulte, a punto tal que para muchos no existe realmente una distinción entre arte moderno y arte contemporáneo y esto se basa principalmente en su raíz.

Para algunos estudiosos del arte,  lo moderno es propio del siglo XIX y primera mitad del XX, dejando lo contemporáneo para finales del XX e inicios del XXI. Pero no existe consenso al respecto, pues en el fondo se trata de delimitaciones estéticas y no cronológicas.

El arte contemporáneo, entonces, se podría definir dentro de una línea de tiempo de mediados y finales del siglo XIX por los ciertos rasgos estéticos y ciertas preocupaciones filosóficas de su momento. Por eso algunos prefieren incluso utilizar el término “postmoderno” para referirse a lo estrictamente contemporáneo.

En todo caso, el arte contemporáneo es una categoría amplia y complicada que engloba las manifestaciones artísticas y los estilos artísticos más recientes de la humanidad, y es propio de la sociedad industrial y postindustrial (o digital).

Entre sus características resaltan las siguientes:

  • La experimentación y lo nuevo son un valor en sí mismo, sobre todo en lo que a nuevas técnicas y nuevos materiales se refiere, lo cual incluye hacia finales del siglo XX la aparición del arte digital y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.
  • Se resignifican muchos de los elementos centrales de la tradición artística, a menudo de manera irónica.
  • Se abandona lo figurativo y se abraza la abstracción, la figura geométrica, la línea y el caos como métodos expresivos posibles.
  • La reflexión sobre la naturaleza del arte y del artista es constante, y eso abarca también los espacios de legitimación como museos, instituciones, etc.
  • Se cruzan las fronteras entre géneros, apuntando a un arte híbrido, mestizo, indeterminado.

El arte cinético entra en este tipo de corriente, ya que aporta renovación, modernismo y elementos que pueden ser centrales como tradicionales.

Recordemos que el arte cinético es un movimiento artístico el cuál se desarrolló por primera vez en 1920, y que consiste en que las obras tienen algún movimiento o parecen tenerlo, por lo que suelen interactuar con elementos en el “exteriores” como pueden ser el viento o el agua; algunos tipos de motores; e incluso la luz o el electromagnetismo.

Dentro de esta corriente artística se puede a su vez clasificar en tres tipos de estructuras que se observan dentro del arte cinético, como lo son:

  • Los estables: este tipo de obras tienen un carácter fijo, lo que permite que el espectador pueda rodear la obra y percibir en diferentes ángulos el movimiento.
  • Los móviles: por su parte, las obras móviles producen un movimiento real, y por tanto van cambiando su estructura constantemente. Siendo «heraclitianos», a cada instante nace una obra distinta.
  • Los penetrables: Son obras son ensamblajes en espacios reales y el espectador debe recorrerlas, penetrar en ellas, siendo el espectador el productor de movimiento.

Entre las características del arte cinético se basa en la búsqueda de movimiento, pero también en la mayoría de las obras el movimiento es real, no virtual. Para realizar la obra el artista se plantea y sigue una estructura rigurosamente planificada.

Por lo general, los materiales utilizados para realizar obras cinéticas deben ser fáciles de manipular, de cambiar su forma y que aporten dinamismo. Los más comunes son el acero, el metal o la madera, y son accionadas mediante mecanismos impulsados por agua o por alguna fuerza motriz.

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