En nuestra búsqueda de pinturas que no contengan productos tóxicos perjudiciales para la salud y que, además, sean respetuosas con el medio ambiente, hemos encontrado las que son capaces de eliminar microorganismos patógenos. Se trata de las pinturas antimicrobianas o antibacterianas.

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Tipos de pinturas sostenibles

Pero antes recordemos, a modo de resumen, los tipos de pinturas sobre los que ya hemos hablado en este blog:

Entre estas últimas hemos encontrado las pinturas fabricadas con nanotecnología capaz de evitar la proliferación de todo tipo de microorganismos: se trata de las pinturas antibacterianas. 

Una vez más, debemos recordar que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas que vivimos en las ciudades pasamos entre el 80% y el 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados cuyo aire, en mayor o menor medida, suele estar contaminado.

Por ello, es importante buscar materiales de construcción que coadyuven a mejorar la calidad del aire interior.

El moho y sus consecuencias

Entre los elementos perjudiciales en las viviendas, se encuentra el moho.  El moho es más común de lo que creemos en las edificaciones. Este, habitualmente, crece en torno a las filtraciones de techos, ventanas o tuberías, pero también lo puede hacer en productos como el papel de paredes, los paneles de yeso, las alfombras o las telas. Los tipos de moho más comunes en interiores son el Cladosporium, el Penicillium y el Aspergillus.

El moho puede ocasionar problemas que, dependiendo de la sensibilidad de las personas que ocupen el interior de la vivienda, pueden ser:

  • Problemas respiratorios.
  • Dolores de cabeza.
  • Irritación de la piel.
  • Ardor y enrojecimiento de ojos.

Ya desde la publicación, por parte de la Organización Mundial de la salud en el año 2009, de las Directrices para la calidad del aire en interiores: humedad y moho, se vio la causalidad entre la exposición temprana al moho y la aparición del asma y enfermedades respiratorias en algunos niños.

Características de las pinturas antimicrobianas

Las pinturas antibacterianas eliminan el moho, los virus y las bacterias, destruyendo la membrana celular de las mismas y evitando, de esta forma, la replicación celular inhibiendo el crecimiento de microorganismos. 

Las propiedades de este tipo de pinturas son, con algunas diferencias dependiendo de las distintas marcas comerciales, las siguientes:

  • La película de la superficie de la pintura impide el crecimiento de los virus, hongos y bacterias.
  • Son pinturas lavables aptas para su aplicación en diferentes tipos de superficies además de las paredes: como madera, hormigón, revestimientos cerámicos, etc.
  • Se mantienen las propiedades durante toda la vida útil de las pinturas, ya que su fórmula se distribuye de forma homogénea en toda la pintura.
  • Suelen estar homologadas según la metodología JIS Z 2801 y con la norma ISO 22196:2011, que mide la actividad antibacteriana. Esta metodología, de origen japonés, prueba la capacidad de las superficies duras para inhibir el crecimiento o matar microorganismos durante un periodo de 24 horas.

Los campos de aplicación de estas pinturas, además del de la vivienda en climas húmedos, son los hospitales, los centros de educación e instalaciones deportivas, entre otros.

Posibles puntos conflictivos

No obstante, y como es habitual en nuestros posts de producto, intentamos también informarnos sobre los puntos conflictivos que pueden presentar los materiales.

En este sentido, hemos encontrado la publicación de un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Northwestern titulado “Impactos de los acabados de las superficies interiores en la viabilidad bacteriana”, en el que se advierte que quizás, con el tiempo, estas pinturas antimicrobianas puedan ser más perjudiciales que beneficiosas.

Lo que nos dice el estudio es que, aunque las pinturas antibacterianes pueden eliminar la mayoría de las bacterias que se encuentran en el interior, la pintura ácida resistente al moho favorece una bacteria denominada Bacillus timonensis, que está formada por esporas y que puede sobrevivir en superficies antimicrobianas después de 24 horas.

En palabras de la directora del estudio, Erica Hartmann, “el Bacillus (traducido por bacilo o bacteria) suele ser inocuo, pero si lo atacas, podrías hacer que desarrolle más resistencia a los antibióticos”. Es decir, “Si atacas a las bacterias con productos químicos antimicrobianos, entonces montarán una defensa”.

Imágenes, tomadas del estudio de la Universidad de Northwestern, de microscopía de barrido de B timonensis en estado vegetativo (A), estado de esporulación (B) y muestras de hisopo de superficie antimicrobiana (CYD)

Conclusión

Lógicamente, nosotros solo podemos haceros llegar la información que hemos recopilado, ya que no disponemos de la formación, y, por tanto, del criterio necesario para evaluar la metodología y resultados del citado estudio sobre pinturas antibacterianas.

Sin embargo, nuestro sentido común nos hace pensar que, al igual que si los humanos abusamos de los antibióticos éstos dejan de tener el efecto esperado, el abuso de estas pinturas podría provocar, de igual modo, un efecto contrario.

Por otra parte, el citado estudio nos recuerda que las bacterias prosperan en ambientes húmedos y cálidos, por lo que en ambientes fríos y secos la mayoría mueren. Si en estos últimos se utilizan pinturas antibacterianas se podría ocasionar que las bacterias se hicieran más fuertes.

De lo anterior tenemos que concluir que, como ocurre con la mayoría de los materiales de construcción, su correcta aplicación debe tener como premisa fundamental el lugar de ubicación geográfico y de entorno de la construcción, por lo que nuestra recomendación seria la realización, por un experto en la materia, de un análisis previo antes de tomar la decisión sobre la utilización de este tipo de pinturas.

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