(c) Fran Razeto-GAM

 Seres de otro universo vienen junto a su
vértice a construir nuevas maneras, nuevos espacios que proponen adentrar al
espectador en un nuevo mundo y danzar para enaltecer la naturaleza.

“Paisaje vértice”, el nuevo espectáculo de
danza del creador nacional Alan Ibáñez junto a la compañía Ensamble-Comunidad
Escénica, se pregunta sobre cómo poder habitar de manera sensible el espacio en
que vivimos.

El montaje abre nuevos puntos de fuga para
la investigación artística de la compañía luego de su primera creación “Poblar”
(2022), que profundizaba en los límites entre arquitectura, cuerpo y
movimiento.

Con 24 performers en escena, combinará
dispositivos lumínicos, coreográficos y materiales, en donde el público podrá
interactuar con una puesta en escena dinámica e inmersiva.

La nueva propuesta busca reflexionar sobre
las relaciones entre los sujetos, el entorno y la crisis del mundo
contemporáneo. A través de la danza, que se construye de manera colectiva y en
espacio abierto, el público podrá reflexionar sobre el modo en que los cuerpos
habitan el espacio íntimo y público.  

“Nos interesan estos temas en un mundo en
colapso, entre pandemias, guerras y ebullición global, ya que la experiencia de
lo escénico nos sirve para dar posibilidades y compartir otras maneras de
habitarnos, de habitar este mundo, de poder existir de manera sensible, de
manera poética, con las cosas, entre nosotros y con todo lo que nos rodea.

 Y,
al mismo tiempo, preguntarnos cómo esta experiencia podemos llevarla al
cotidiano y mirarnos de otra manera, donde podamos hacernos aparecer y hacer
aparecer nuestro ambiente, nuestra naturaleza que está alrededor, con la
necesidad de regenerarla”, comenta Ibáñez.

Las materialidades del montaje permiten
construir un universo nuevo, casi surrealista, que abre el imaginario hacia
nuevas posibilidades de observar o de crear. 

La confección del vértice, un
dispositivo que permite reflectar y también colorear e iluminar todo lo que hay
alrededor, “nos da la posibilidad de poder sumergirnos, contener y detonar
posibilidades en un lugar abierto y desde ahí delimitar ciertos espacios para
proponer relaciones que son poéticas, sensibles y lúdicas”, explica Ibañez.

(c) Fran Razeto-GAM

“La invitación al público es que nos sólo
sea un espectador, sino que pueda experienciar el mundo propuesto. Se trata de
una performance inmersiva que invita al juego, a fantasear, a encontrarnos,
para que cada sujeto despierte su deseo y sea agente activo en la puesta en
escena”, concluyen sus creadores.

Las
funciones serán entre el 7 al 16 diciembre de miércoles a domingo a las 20.30 h
Plaza Zócalo.  6.000 Gral., $4.500
Estudiantes, $4.200 Personas mayores. 

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