La vuelta de la saga ‘Los Juegos del Hambre’ con ‘Balada de pájaros cantores y serpientes’ viene a confirmar (por si no aún no había quedado claro), que la nostalgia de la generación Z está en el punto de mira de Hollywood (aunque haya quien intente hacerle de menos por el simple hecho de no ser de su quinta).

Esto me ha hecho remontarme hace unos 10 años, cuando Hollywood quiso subirse a la ola de las adaptaciones de literatura juvenil ante el éxito de la primera película y le salió el tiro por la culata. ¿Qué pudo haber sido y por qué terminó fracasando estrepitosamente en el intento?

Fenómenos e imitaciones de marca blanca

Aunque ahora esté más que asentado en el mercado editorial, lo cierto es que la literatura juvenil no es un target que hayamos tenido desde siempre. Allá por inicios de los 2000, cuando ‘Harry Potter’ o ‘Las crónicas de Narnia’ comenzaban a poner el foco en las adaptaciones cinematográficas de sagas literarias, ese tipo de libros seguían metiéndose dentro de la literatura infantil.

No fue hasta ‘Crepúsculo’  y su adaptación en 2008 que comenzó a perfilarse una categoría intermedia entre la literatura para niños y para adultos, y el medio cinematográfico también fue atisbando el potencial de las adaptaciones de libros enfocados al sector adolescente.

Si bien parecía complicado encontrar otro título que despertara el fervor que logró la adaptación de la saga vampírica de Stephenie Meyer, consiguieron dar con la tecla con ‘Los Juegos del Hambre’ y los libros de Suzanne Collins supusieron otro boom dentro de esta demografía. Hollywood se lanzó en una búsqueda incansable de la próxima saga juvenil superventas, pero ninguno de sus intentos logró funcionar del mismo modo en taquilla.

Creo que este tipo de temas a menudo se debaten desde la perspectiva de personas que los desprecian por el simple hecho de que no forma parte de su infancia/adolescencia (como si su nostalgia mereciera respeto y las de otras personas no), y sin tener en cuenta que no es a ellos a quienes iban dirigidos este tipo de productos de entretenimiento.

Como espectadora que en su momento era el target de este tipo de películas y novelas y consumía ambas, fueron esas primeras adaptaciones al cine lo que me hizo interesarme por la literatura (ya que de niña me costaba lo de ponerme ante un libro) y leí muchos de esos libros catalogados como juveniles. Dentro de esas novelas, las había buenas y las había malas (y adictivamente malas también), como en todos los géneros y demografías.

Adaptaciones

Algunas de las adaptaciones que se hicieron por aquel entonces

No obstante, la gran mayoría de adaptaciones que vinieron después no lograron rendir al nivel que se esperaba e incluso se quedaron inconclusas: títulos que iban desde ‘Cazadores de sombra: Ciudad de hueso’ a ‘Hermosas criaturas’, pasando por ‘Divergente’ o ‘La huésped’.

En vez de intentar entender por qué triunfó lo que había funcionado, las productoras se contentaban con buscar la marca blanca y pensaron que bastaba con algo que se le pareciera en la forma (distopías o romances sobrenaturales) para volver a generar un fenómeno de masas.

La principal diferencia que al menos yo sentía en su momento entre los libros adaptados y sus versiones en pantalla grande era que no terminaba de conectar con las segundas, porque la mayoría me resultaban versiones vacías, sin alma y completamente genéricas.

Las adaptaciones no se tomaban en serio a los espectadores y se notaban las prisas por terminarlas lo antes posible para conseguir engancharse al éxito del momento. No se molestaron en ver la idiosincrasia de cada libro (si no comprendes el potencial de lo que estás vendiendo, ¿cómo esperas que alguien te lo compre?), sino que solo interesaba hacer un refrito de ideas para parecerse lo máximo posible a las dos franquicias que ya habían triunfado.

‘Crepúsculo’ y ‘LJDH’ tuvieron éxito porque (al menos en su primera entrega) eran diferentes a lo que hasta entonces su público objetivo había visto en cines y saturarlo con decenas de títulos que parecían todos iguales pero cada uno peor que el anterior fue la forma más fácil de matar a la gallina de los huevos de oro.

Hollywood falló al subestimar a su público y, de hecho, la precuela de la saga protagonizada por Katniss Everdeen es de los pocos intentos de volver a revivir el fenómeno de las sagas juveniles que hemos visto en cines (más allá de casos como el de ‘After’, que es un jardín en el que no me voy a meter hoy).

Adaptaciones Series

Series basadas en libros juveniles

Curiosamente, la pequeña pantalla sí que ha sabido jugar sus cartas en este asunto y son muchos los ejemplos de adaptaciones exitosas de libros juveniles. Y no solo ahora: ya en su momento logró exprimir el fenómeno con series como ‘Crónicas vampíricas’ o ‘Los 100’.

Ahora con el streaming, estamos viendo un resurgir de este tipo de adaptaciones como ‘Sombra y hueso’, ‘Percy Jackson’, ‘Heartstopper’, ‘Rojo, blanco y sangre azul’, ‘El verano en que me enamoré’, ‘Refugio’, ‘Violet & Finch’ o ‘Besos, Kitty’ (spin-off de ‘A todos los chicos de los que me enamoré’).

Al margen de que hayan tenido mejor o peor suerte en su recorrido, lo que está claro es que se trata de una tendencia muy diferente a la anterior, donde tenemos proyectos de lo más variados y de todo tipo de géneros. Más conscientes de lo que pueden ofrecer de forma individual que no intentar que se parezca lo máximo posible a otras cosas que ya han funcionado. Mejores o peores, muchas de ellas han generado un auténtico fenómeno fan, que al final es lo que busca cualquier producto de entretenimiento: conectar con su público objetivo.

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