Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, se encuentra interesada en hacer de la casa en la que vivió Rubén Darío en Barcelona un museo, y para ello desea evaluar las posibilidades a través del embajador Carlos Midence en España. La idea, tal y como dice la esposa de Daniel Ortega, le surgió al leer una noticia curiosa sobre esta residencia.

El Gobierno de la nación centroamericana está dispuesto a canalizar sus inquietudes ante las autoridades españolas para tratar de llegar a un acuerdo. La casa, que se encuentra en la calle Ticià de la localidad catalana, fue la residencia que albergó al poeta modernista en el año 1914, cuando pasó su estancia más larga en Barcelona.

Para aquel entonces contaba Rubén Darío con 47 años, y su alcoholismo ya había llegado a un nivel de gravedad, con crisis y alucinaciones frecuentes. Debido a su quebrantado estado de salud, el poeta consiguió en esta torre con huerto y jardín un lugar ideal para albergar a su alma atribulada, como describió en una carta que envió a un compañero argentino del diario La Nación.

El número 16 de la calle Ticià tiene en la fachada una placa que recuerda la estancia del nicaragüeño allí, pero todo ha cambiado mucho desde que Rubén Darío alquilara esta residencia a comienzos del siglo XX. La fachada ha sido completamente remodelada y la calle posee ahora un paisaje heterogéneo, consecuencia de la mezcla de géneros arquitectónicos.

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