Tras hablar sobre las mejores interpretaciones de Clint Eastwood, toca hacer lo correspondiente con su faceta de director, aquella por la que ha recibido más elogios. De estilo totalmente clásico, sus influencias van desde las más evidentes, Sergio Leone o Don Siegel, sus dos principales mentores, hasta algunas más sutiles, como William A. Wellmann o John Ford.
Sencillez sobre todas las cosas, y sin ningún tipo de divismo, alejado de todo efectismo o filigrana, concentrándose en la historia que tiene que narrar. Elegir sólo cinco películas como realizador, entre todas las que ha dirigido Eastwood, ha sido una tarea un poco más difícil que la anterior, pero aquí están.
Para limitar más la elección, he procurado no repetir títulos con el anterior post, aunque uno en concreto me fue imposible evitarlo…
Contenido
‘El fuera de la ley’ (‘The Outlaw Josey Wales’, 1976)
De los cuatro westerns que dirigió, el segundo es mi favorito. Ya se encuentran todos los elementos de los posteriores, incluso el tono fantastique aplicado en los dos posteriores. La venganza de Josey Wales por al asesinato de su familia parece una pesadilla enmarcada entre dos pestañeos —increíble detalle de guión—, con una violencia directa y contundente, y sin concesiones —ese final no es tan feliz como aparenta—.
A recordar algunos puntos humorísticos muy bien insertados en un film tan amargo. Inolvidable la composición de Chief Dan George, que apenas recordaba sus líneas de diálogo, y fue nominado al Oscar por su trabajo.
‘El aventurero de medianoche’ (‘Honkytonk Man’, 1982)
Si tuviera que quedarme con una sola película de las dirigidas por el maestro, me quedaría con ‘El aventurero de medianoche’, de una sencillez y un clasicismo pasmosos. Norman Mailer dijo de ella que era una de las películas más tristes de la historia.
Red Stovall es un perdedor que recuerda a los de John Huston, un cantante country, borracho y tuberculoso, persigue el sueñode su vida a las puertas de la muerte. La emotividad de Chaplin y el ruralismo de Wellman se dan la mano. Inolvidable banda sonora, en la que el propio Eastwood compone y canta.
‘Bird’ (1988)
Uno de los films más inteligentes de su autor, un biopic sobre el mítico Charlie Parker, construida como si fuese una pieza de jazz con un ritmo interno que raya la perfección. Maravillosamente fotografiada por Jack N. Green, la película revolucionó el uso del sonido —ganó un Oscar por ello— en el cine al mezclar grabaciones antiguas con grabaciones de nuevos músicos. Forest Whitaker nunca estuvo tan grande.
‘Un mundo perfecto’ (‘A Perfect World’, 1993)
Tras ganar los Oscars por ‘Sin perdón’ (‘Unforgiven’, 1992), Eastwood se marcó uno de sus trabajos más redondos. Un desencantado viaje por la madurez a todos los niveles, construida como road movie y que transmite una profunda inquietud por el uso de su violencia contenida.
La mejor interpretación de Kevin Costner, y una alegoría sobre la máquina del tiempo, aplicada al propio film, que asombra por su sencillez. La media hora final es antológica.
‘Los puentes de Madison’ (‘The Bridges of Madison County’, 1995)
Una obra maestra atemporal, con momentos tan poderosos como la famosa secuencia de la lluvia, probablemente uno de los instantes más emotivos de la historia del cine. La historia de amor entre Francesca y Robert —en el guión ecos de David Lean y Max Ophüls—, de tintes casi místicos, es de las que se meten muy dentro, de una sencillez pasmosa que proviene de un uso perfecto de la narración cinematográfica —el uso del punto de vista es soberbio—.
Clint Eastwood y Meryl Streep tienen un feeling arrollador, y la banda sonora es prodigiosa. Para mí, esta película ya es un reto personal; he perdido la cuenta de las veces que la he visto y no he sido capaz de contener las putas lágrimas.
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