Las primeras construcciones con madera datan de las etapas más tempranas de la historia. Desde entonces, este material se ha utilizado para diseñar edificios de todo tipo, desde infraestructuras civiles hasta viviendas privadas. Además, su potencial en la arquitectura sostenible es indiscutible, ya que es un material natural, renovable, duradero y resistente, entre otras muchas cualidades.

Por este motivo, la madera ha sido el material escogido para la construcción de una de las primeras viviendas pasivas que se alza en la ciudad gallega de Ferrol. A continuación, explicaremos los detalles de este proyecto, diseñado por el estudio de Baltasar Otero, cuya construcción terminará a finales de 2024.

Fuente: La Voz de Galicia.

Esqueleto de pino gallego revestido con lana de roca

La vivienda unifamiliar, situada en el barrio ferrolano de Canido, ha sido diseñada siguiendo los criterios Passivhaus, un estándar de construcción que garantiza el máximo confort para sus usuarios acompañado de un consumo energético casi nulo. Este tipo de construcciones se caracterizan por su hermetismo y su aislamiento, que permiten mantener una temperatura constante en su interior. Además, presentan un sistema de ventilación mecánica que asegura la renovación constante de aire.

El esqueleto del edificio estará construido íntegramente en pino gallego CLT (paneles de madera contralaminada). El uso de recursos naturales autóctonos promueve la sostenibilidad ambiental de la vivienda e impulsa la economía local. Además, permite reducir los costes asociados al transporte y la huella ecológica de los edificios.

Desde el año 2020, la Consellería de Medio Rural ha convocado varias líneas de ayudas para fomentar el uso de la madera en las edificaciones. La última de ellas, dotada con 5 millones de euros, se publicó el pasado 8 de febrero para impulsar la utilización de este material en la construcción de viviendas unifamiliares y edificaciones de altura. La promotora de la vivienda pasiva situada en Ferrol solicitó una de estas ayudas para proyectos y obras que emplean productos de madera como elementos estructurales y obtuvo dos subvenciones por valor de 50.000 euros.

Fuente: iStock.

Aislamiento y aerotermia para reducir el consumo energético

La casa estará revestida por sus cuatro lados con un sistema aislante de 15 centímetros de espesor, que actuará a modo de envolvente térmica, impidiendo la aparición de puentes térmicos, haciendo los espacios más habitables y contribuyendo al ahorro energético y económico. Este sistema presentará un acabado de pintura blanca para dotar a la vivienda de un aspecto convencional. Además, en la planta baja, tres de sus cuatro costados también se forrarán de madera tratada pintada en gris. En el interior, la estructura de madera se cubrirá con lana de roca y trasdosado de pladur.

El correcto aislamiento de la vivienda reducirá la dependencia de sistemas de calefacción tradicionales, cuyo excesivo consumo energético contribuye al calentamiento global y a la progresiva degradación del planeta. Por otro lado, el agua caliente se producirá mediante un sistema de aerotermia. Este sistema integral aprovecha la energía del aire para producir agua caliente, calefacción y refrigeración para toda la vivienda. Esta opción es más conveniente desde el punto de vista técnico-económico y más respetuosa con el medio ambiente que otros sistemas de climatización.

El diseño de esta vivienda pionera en Ferrol combina los beneficios del estándar Passivhaus y de la construcción en madera: eficiencia energética, ahorro económico y respeto por el medioambiente. A largo plazo, este tipo de viviendas serán reconocidas como una alternativa sostenible y válida para alcanzar la neutralidad de emisiones en el sector de la construcción en el año 2030.

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