De 3 metros de alto y realizada en bronce a la cera perdida, la obra de David Camorlinga es parte de la exhibición Zapata, 100 años. Como parte del programa conmemorativo del recinto se incluyen también 16 esculturas en plastilina expuestas en la Sala de las Constituciones.

Un siglo atrás, en la Hacienda de Chinameca, Morelos, Emiliano Zapata caía abatido por una traición y renacía como símbolo; su sola imagen evoca la defensa colectiva de la tierra, por ese motivo, el Museo Nacional de Historia (MNH), Castillo de Chapultepec, recibe a sus visitantes con una escultura a la escala de su mito que acerca la figura entrañable del Caudillo del Sur a todas las generaciones.

El Castillo de Chapultepec es uno de los museos más visitados del país, tan sólo el año pasado recibió a dos millones 600 mil personas, en el patio frontal, el público se acerca a la escultura en bronce para tomarse la selfi. Nacionales y extranjeros, niños, jóvenes y adultos mayores sonríen al lado de este Zapata, del cual sobresalen sus característicos bigote y sombrero charro.

David Camorlinga, joven artista explicò que para su creación se inspiró en el retrato de Emiliano Zapata, tomado en 1911 en el Cuartel General de Cuernavaca, quizás, su imagen más conocida. Destaca que su intención fue capturar el porte y la nobleza del revolucionario; sin embargo, el proceso no fue inmediato, pues requirió de una investigación profunda sobre quién fue este personaje, y cuáles son los sentimientos e ideales que sigue inspirando.

Con información de nota de prensa

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