En su más reciente novela, Daniel
Campusano nos traslada a la ciudad más austral del mundo. Allí, el escritor y
editor sitúa una ficción en la que entrelaza, con toques de comedia, la crisis
de mediana edad, los reencuentros y la corrupción.

Mi intención era escribir una crónica
sobre esta chifladura: un ensayo sobre esta gente de mediana edad que combate
sus demonios o fantasmas con este nivel de sufrimiento, pero apenas aterricé en
la isla, escuché a una señora decir -muy a la pasada- «prefiero a los castores
que a los comunistas»”, explica el autor Daniel Campusano. Así comenzó la
investigación de las diferentes aristas para El último castor, su cuarta novela.

Amaro, el protagonista, está en un punto
muerto en su vida cuando Maya, una joven diputada y amiga del pasado,
aparece para cambiar el rumbo de su historia y ofrecerle el que puede ser el
trabajo de su vida: un levantamiento de datos sociales en Puerto Williams. 

Viviendo su crisis de mediana edad,
Amaro se enreda en una investigación donde termina involucrado con
empresas salmoneras, grupos ambientalistas y fuerzas municipales que lo
empujan, de manera fortuita, a conocer los problemas de soberanía nacional y de
la sobrepoblación de castores en la isla: situación que contrasta con la
soledad y confusión que suelen enfrentar los personajes de esta entrañable
novela.

A lo largo de la historia, el protagonista
se cruza con personajes del mundo político y empresarial, sobre los
que el autor comenta que “ocurre algo que las noticias y redes sociales nos
muestran con frecuencia: los estereotipos y prejuicios se cumplen
escalofriantemente.

En específico, el humor en esta
narración está operado en modo testigo. 

Se muestran situaciones que,
quizás, a un lector no les parecerá gracioso sino muy exagerado o muy real.
Pero la cosa tiene que ser así. No hay nada más triste que explicar un chiste”. 

Daniel Campusano nos entrega en El
último castor una fascinante colección de paisajes humanos y
naturales que se reúnen para explorar la mezquindad, la injusticia, el
absurdo, pero también el amor y la fraternidad bajo el frío telón de fondo de
la Patagonia.

Daniel Campusano Galaz (1983) es
editor y profesor de literatura. Ha publicado las novelas La
incapacidad (2011), No me vayas a soltar (2017) y El sol
tiene color papaya (2019). Escribe en diversos medios y está a cargo de
las colecciones de crónica y divulgación en La Pollera Ediciones.

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