Arquitectura sostenible y vivienda asequible son conceptos que maridan bien y que, además, es positivo que vayan unidos. La vivienda es un derecho humano fundamental, y es esencial que todas las personas tengan acceso a una que sea adecuada y digna. Si este derecho se puede proporcionar a través de hogares que cumplan con estándares de calidad, eficiencia y respeto por el medio ambiente a un precio justo y asequible, mucho mejor.
La búsqueda de una vivienda asequible a lo largo de la historia
El problema de acceso a la vivienda ha sido una preocupación recurrente a lo largo de la historia y ha variado en su magnitud y alcance dependiendo de factores socioeconómicos, culturales y políticos de cada época. A medida que las poblaciones urbanas han crecido a lo largo de la historia, la demanda de viviendas en las ciudades ha aumentado significativamente, lo que ha llevado a una escasez de viviendas asequibles para muchos ciudadanos.
En las civilizaciones antiguas y en la Edad Media, las estructuras sociales y económicas limitaban el acceso a la vivienda para las clases más bajas de la sociedad. La mayoría de la población vivía en viviendas precarias, como chozas y casas de adobe, mientras que las clases más privilegiadas podían permitirse viviendas más elaboradas. Durante la Revolución Industrial, el crecimiento de las ciudades y la industrialización generaron una gran afluencia de trabajadores a las zonas urbanas en busca de empleo. Esto resultó en una grave escasez de viviendas asequibles, y muchas personas se vieron obligadas a vivir en condiciones insalubres en barrios marginales y hacinados.
Ya en el siglo XX, la urbanización masiva y el crecimiento de las ciudades aumentaron la demanda de viviendas asequibles en áreas urbanas. El rápido desarrollo urbano y la falta de planificación adecuada en algunas ciudades llevaron a la creación de asentamientos y barrios marginales en todo el mundo. A lo largo de este siglo, muchos países comenzaron a desarrollar políticas y programas de vivienda asequible para abordar el problema de la falta de vivienda. Se establecieron programas de vivienda social, construcción de viviendas públicas y subsidios para facilitar el acceso a la vivienda para personas de bajos ingresos.
La vivienda asequible como parte de la arquitectura social
En la actualidad, la falta de vivienda asequible sigue siendo un problema importante en muchas partes del mundo. Factores como el aumento de los precios de la vivienda, la especulación inmobiliaria, el crecimiento de la población y la desigualdad económicasiguen contribuyendo a la dificultad para acceder a una vivienda digna y asequible.
En relación con este asunto, en anteriores ocasiones hemos hablado en el blog de la arquitectura social, que va más allá de la búsqueda de la funcionalidad y la belleza para, además de cubrir necesidades, ofrecer un valor añadido a la comunidad, resolviendo sus problemas y mejorando su estilo de vida. Esta arquitectura social, para cumplir realmente su propósito, debe ir de la mano de la sostenibilidad, evitando un impacto negativo en el entorno para garantizar la calidad de vida de las personas.
En la base del objetivo social que tiene la arquitectura está lo más básico: la búsqueda de soluciones para poder proporcionar a la ciudadanía una vivienda digna y a un precio razonable. En ese camino, a continuación, analizamos un proyecto presentado este año.
Una solución piloto
El Clúster de la Edificación ha hecho público un proyecto piloto con el que quiere unir arquitectura sostenible y vivienda a un precio asequible. Se llama Edificio Piloto Tecnológico Sostenible (EPTS por sus siglas) y es un modelo de construcción replicable que incluye todos los mejores sistemas y soluciones en sostenibilidad y eficiencia energética.
Entre otras, las medidas y soluciones que contempla son:
Además, tienen previsto el uso de herramientas digitales como BIM (método de trabajo colaborativo para la creación y gestión de proyectos en el sector de la construcción y la edificación) y Lean Construction (sistema se basa en optimizar las actividades, acciones o procesos que dan valor al proyecto y eliminar aquellas que no agregan valor al mismo).
El equipo multidisciplinar de trabajo está compuesto por proyectistas, constructores, ingenieros y fabricantes de Ailaxis, BMI, CIP Arquitectos, Daikin, Giacomini, Habitat, Ingeniería Valladares, Presto, Procomo, Lignum Tech, Schneider, Siber, Sika, Tecnalia, Ten Brinke y Uponor, todos ellos asociados del Clúster de la Edificación.
El objetivo que buscan con el EPTS es unir todas las tecnologías sostenibles en un mismo edificio de 65 viviendas 100% eléctricas destinadas al alquiler. Para su futura ejecución se han tenido en cuenta todas las soluciones y materiales sostenibles para conseguir la mayor eficiencia energética y descarbonización junto a la recuperación de aguas grises y pluviales y la máxima reducción de residuos.
En la presentación del proyecto, Julián Domínguez, director de CIP arquitectos y portavoz de este grupo de trabajo, señaló que “la garantía de sostenibilidad, eficiencia energética, confort para los futuros inquilinos, plazo de ejecución reducido y un precio ajustado son los mejores argumentos de este proyecto para buscar una promotora que replique el modelo en cualquier punto de la geografía española y, a ser posible, en todas las zonas climáticas representadas en España”. Del mismo modo, añadió que “a la promotora que se una al proyecto con el fin de hacer realidad este sueño sostenible, se le garantiza un precio de ejecución por contrata”.
Sin duda, estamos ante un proyecto piloto que puede dar solución, a través de un modelo de arquitectura sostenible, a un problema de primer orden como es el acceso a la vivienda a un precio asequible.