Cuando hace dos años nos despedimos de ‘Hacks‘ reconozco que me costaba ver cómo los senderos de Deborah Vance y Ava Daniels volverían a juntarse tras el catártico final de la temporada 2, cuando los caminos de una y otra parecían separarse definitivamente. Así que tenía bastante expectación por ver qué nos ofrecía la temporada 3, que estrena HBO Max este jueves.

Y, la verdad sea dicha, no es que el regreso de esta ya de por sí excelente comedia haya sobrevivido a las expectativas. Es que, cuando parecía imposible, se supera y ofrece la que probablemente sea la mejor tanda de episodios de todas las que han tenido.

No era fácil, porque el trío de guionistas formado por Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky se enfrentaban al nunca sencillo reto ya no solo de volver a juntar a las protagonistas (que bueno, que excusas para ello hay a patadas) sino de no caer en las mismas dinámicas de amor/odio e incluso de relación de poder de siempre. No es que no sigan existiendo estas cosas, es tomarlas en peso y evolucionarlas.

De alguna manera, pasa parecido con cómo se trata la carrera de la Deborah Vance de Jean Smart. Si al final de la temporada 2 los espectadores podríamos pensar que el especial televisivo iba a ser el punto culmen de la carrera, el inicio de la temporada 3 explora cierta erosión en el afamado… y las ganas de cambiar de aires y perseguir uno de esos sueños frustrados de antaño.

Tirando de un hilo suelto

En ese sentido, de manera que diría bastante orgánica, las guionistas deciden ir a por una suerte de regreso improbable. Si os acordáis, en la primera temporada una de las razones por las que Ava (Hannah Einbinder) cambia su concepción sobre Deborah y su carrera de humorista rancia fue cuando descubre su intento fallido de debutar como presentadora de late-night años atrás… y de aquí saldrá la próxima ambición de nuestra cómica.

Uno de los temas por las que ha navegado ‘Hacks’ a lo largo de sus temporadas es la mujer en la industria del entretenimiento, la relación de uno con la fama (hay un diálogo desolador con la DJ de Kaitlin Olson) y qué pasa cuando se intenta hacer hueco en un mundo como el late-night, un subgénero televisivo en la que la presencia masculina es prácticamente hegemónica. Y a estos factores se le suma el de la edad.

Así, la temporada 3 tira de esos hilos para la nueva reinvención de Vance y se siente, como ya he dicho antes, como la evolución natural de la historia. Eso y la necesidad que tienen Deborah y Ava de volver a formar pareja creativa (o lo que sea que podamos definir esa relación). No es algo forzado ya que, simplemente, se van dando cuenta de que es la pieza que les falta en el puzle de sus carreras y vidas.

A pesar de meterse en temas bastante serios, en ‘Hacks’ no se olvidan ni por un momento que estamos con una comedia comprometida con el desternillarnos, con un ritmo de chistes y gracietas tan envidiables como exquisitamente ejecutadas no solo por nuestras protagonistas, sino también por el universo de secundarios (algunos de ellos robaescenas) e incluso cameos (secretos, al parecer) que pueblan estos episodios.

En definitiva, da gusto ver cuando una serie que, la verdad, te quedarías a verlas en la misma situación día a día, no se queda en su momento dulce y decide ir a por más, quiere evolucionar y lo consigue. Pocas lo hacen con tan buen tino.

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