Un relato en primera persona sobre la
estadía del autor Sergio Blanco en Eslovenia, sirve de hilo conductor en un
montaje que se convierte en una suerte de laberinto que superpone distintos
niveles de auto ficción donde, capa por capa, se irá revelando una radiografía
del ser humano que mantiene el suspenso hasta el final.

En “La ira de Narciso”, el escritor es
invitado para dictar una conferencia magistral sobre el célebre mito de Narciso
y mientras hace los últimos preparativos de su ponencia, se van revelando los
distintos encuentros que el autor mantiene en su habitación de hotel con un
joven esloveno que acaba de conocer por una aplicación de citas. 

La historia sufre un giro con el
descubrimiento de una mancha de sangre en el suelo de la pieza, por lo que el
relato irá dando lugar a la reconstrucción de un asesinato donde es el propio
narrador quien lo revive.

“La obra trabaja como tema central la
relación del artista con su propio ego y los límites de la ficción cuando se
trabaja con tu propia biografía como eje creativo.

(c) Fran Razeto 

Pero también aborda los desafíos de la
tecnología frente al cambio climático, el problema de los migrantes que mueren
en completa impunidad, la soledad de un artista y la trascendencia de la obra
después de la muerte”, comenta la directora, Soledad Gaspar.

En escena, el personaje viajará por
distintos lugares de la ciudad en un solo espacio escénico, donde la luz, el
sonido y el video son protagonistas. Al mismo tiempo, se irán develando los
estados de ánimo del autor, como el miedo, la tristeza, los excesos y la
soledad.

Este es un texto que tiene múltiples capas
y Sergio Blanco, trabaja mucho con la idea de la ficción, la no ficción,
logrando que cada vez que uno la vuelve a interpretar descubra cosas nuevas”,
comenta el protagonista, Freddy Araya. 

Y agrega: “Él va cruzando su teoría sobre
la representación, sobre la mirada del arte, y su comparación con el mito de
Narciso, con un thriller. Hay una historia que se va relatando en paralelo, que
va en progresión de acuerdo a la narración, entonces tiene varias capas de
entrada que se van entrecruzando a lo largo de toda la narración”.

El colectivo lleva a escena la tercera
obra de Sergio Blanco -dramaturgo y director uruguayo radicado en Francia,
reconocido y representado a nivel internacional-, que continúa con la línea de
auto ficción que empezó con el montaje “Tebas Land”, montado en GAM en 2017.

(c) Fran Razeto 

Lucía de la Maza comentó en Culturizarte:
“Un texto exquisito para quien plantee como puesta en escena el problema de la
representación, pero especialmente porque es una obra que no se puede hacer en
otro formato: funciona porque vemos que las cosas están sucediendo ante
nuestros ojos ―sin verlas realmente― y somos cómplices de la trampa de espejos
que el mismo autor nos cuenta, sin darse cuenta”.
 

Las funciones serán del 25 de abril al 5 mayo,
jueves a sábado a las 21 horas y los domingos a las 20 horas.

Valor de las entradas: $5.200 Preventa
Gral., $8.000 Gral., $6.000 Estudiantes y Personas con discapacidad, $5.600
Personas mayores y promo “domingo de teatro”. 

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