Hablando con mi círculo cercano de aficionados al terror me he dado cuenta de que no soy el único que perdió prácticamente todo el interés en la saga ‘Saw’ después de su estimable tercera entrega. El motivo, más allá de cualquier tipo de desgaste —en el fondo uno nunca se cansa de ver a gente palmándola de formas tan creativas—, fue una decisión narrativa de la que los productores ejecutivos de la franquicia se arrepienten a día de hoy.
Errores del pasado
Si eres parroquiano de las aventuras y desventuras de Jigsaw que arrancaron de la mano de James Wan en 2004, habrás intuido que me refiero a la elección de matar al villano —o antihéroe, según se mire— interpretado por Tobin Bell en ‘Saw III’, donde falleció a causa del cáncer terminal con el que estaba luchando. Pero esto, lejos de dar por finiquitada la licencia, sólo fue un punto de inflexión.
A partir de ese momento, ‘Saw’ se convirtió en un sindiós de imitadores, tramas disparatadas, giros en los que se descubre que la trama de una película se ambienta temporalmente durante lo visto en otra de las cintas y flashbacks que permitían seguir dando al fandom una buena ración del carisma de Bell y su maestro de las trampas mortales.
Ahora, con ‘Saw X’ a punto de llegar a nuestras salas de cine con un nuevo cóctel de gore marca de la casa y un sorprendente tratamiento de personaje que recupera el espíritu de los orígenes de la saga, el productor Mark Burg ha confesado a IndieWire que, si tuviesen una segunda oportunidad, no repetirían su maniobra dramática.
«Si tuviese que hacerlo otra vez, puede que no mataría a Tobin Bell en Saw III. Puede que fuese un error».
No seré yo quien quite la razón al señor Burg. Sea como fuere, a partir de este viernes 29 de septiembre puedes disfrutar de ‘Saw X’ en cines, ambientada entre la primera y la segunda entregas de la saga y con el retorno de Tobin Bell por todo lo alto.
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