La primera vez que Batman apareció en un tebeo (en marzo de 1939, dentro del número 27 de ‘Detective Comics’) su oponente no tenía superpoderes: era un gángster asesino venido a más. Pero, cuando el cómic vendió más de lo normal, en DC lo vieron clarísimo: el héroe tenía que tener su serie propia, y esta vez con supervillanos de verdad. ‘Batman’ nació el 24 de abril de 1940 y en las historias de esta primera grapa teníamos a Catwoman, Hugo Strange y un tal Joker… al que pensaban matar para que no volviese jamás.

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El payaso cinéfilo

Hay muchas historias sobre la creación de Joker, y cada uno de los implicados la cuenta este origen de una manera distinta: Bob Kane, Jerry Robinson y Bill Finger, antes de morir, no acabaron de ponerse de acuerdo sobre quién hizo qué (hay una disputa al mismo tiempo fascinante y aburridísima sobre una carta de póker y un boceto inicial), pero todos coincidieron en algo. La inspiración para Joker vino directamente de una película de 1928.

La película en cuestión es ‘El hombre que ríe’, dirigida por Paul Leni, un cineasta del expresionismo alemán muy personal que llamó la atención de Hollywood, donde, en la etapa final de su vida, hizo cuatro películas para Universal (‘El legado tenebroso’, ‘El loro chino’, ‘El teatro siniestro’ y esta). Suficiente para dejar huella en la sociedad de la época por su sofisticación y estilo. De hecho, ‘El hombre que ríe’ hizo popular a su actor principal, Conrad Veidt, que ya era conocido por ‘El gabinete del Doctor Caligari’ y al que, tristemente, le quedaba poco para dejar Alemania de manera definitiva cuando los nazis se hicieron con el poder en 1933.

‘El hombre que ríe’ no tiene nada que ver con superhéroes ni poderes mágicos. De hecho, es un drama basado en la novela de Víctor Hugo sobre un aristócrata deforme con una sonrisa eterna en su cara que publicó en 1869. La película, eso sí, no se atrevió a ser tan turbia como el libro: mientras que el escritor hizo que Gwynplaine se suicidara al ver la muerte de Dea, en la película cortaron justo antes, ofreciendo un final feliz típico de la época. Poco imaginaban que casi cien años después ‘El hombre que ríe’ iba a seguir siendo analizada por motivos muy distintos a los puramente cinematográficos.

El Joker que ríe

La vida de Veidt después de la película no fue fácil. De hecho, apenas llegaría a ver al villano dibujado en su honor antes de morir en 1943 por problemas del corazón. Antes de esto llegó a huir de la Alemania nazi con su mujer judía solo para llegar a Los Angeles… y que le ofrecieran constantemente papeles de nazi. De hecho, en una de sus últimas (y más recordadas) interpretaciones, Veidt tuvo que aceptar la ironía de pasar a la historia con el tipo de personaje que le hizo dejar su país. La película en cuestión era ni más ni menos que ‘Casablanca’.

Man Who LaughsMan Who Laughs

Originalmente, Veidt, cuya sonrisa exagerada estaba causada por un par de ganchos que le estiraban los labios hacia atrás y no le permitían articular palabra, ni siquiera iba a ser inmortal por este guiño de un cómic de superhéroes. De hecho, Bob Kane, Bill Finger y Jerry Robinson, pese a sus continuas disputas, sí que estaban de acuerdo en algo: en el guion original del primer número, Joker moría después de apuñalarse a sí mismo por error… pero desde la editorial (más concretamente fue Whitney Ellsworth) vieron el potencial y les obligaron a «resucitarle» unas viñetas después añadiendo un dibujo a toda prisa donde un médico aseguraba que Joker viviría, diga lo que diga Batman.

Joker pronto empezó a formar parte de la cultura pop, y la sonrisa perenne dejó de asociarse con Víctor Hugo, anulando cualquier tipo de posible adaptación posterior made in Hollywood. A lo largo de las décadas sí que ha habido un par de versiones francesas (una de ellas con Gerard Depardieu) y una italiana dirigida por Sergio Corbucci. Por su parte, DC acabó abrazando el origen cinéfilo tanto que incluso tuvo su propio one-shot en 2005, con una historia de orígenes conocida como ‘Batman: El hombre que ríe’.

Y en cine ya sabéis lo que pasó después: prácticamente nadie se atreve a hacer una película de Batman sin su némesis particular, que ha sido interpretada por César Romero, Jack Nicholson, Heath Ledger, Jared Leto, Mark Hamill (solo como actor de voz), Barry Keoghan y, por supuesto, Joaquin Phoenix. Y nada de esto habría sido posible sin un actor que se fue demasiado pronto y dejó para la historia una interpretación ya mítica. ¿Por qué estás tan serio, Batman?

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