Después de casi una década, el sueño de Movistar Plus+ ha caído por su propio peso. En su intento por aunar la televisión lineal tradicional y el streaming poniendo el centro en unos programas de entretenimiento modernizados que trataban de romper con una programación anquilosada, ha terminado convertida en algo muy diferente. Por el camino ha sacado un buen puñado de lecciones, destruyendo todo lo que creía ser como pago por descubrir su verdadera esencia.

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Todos estaban aquí

En los inicios de #0, el canal lineal original de Movistar Plus+ con el que querían hacer frente no ya a Netflix sino a Antena 3 o Telecinco, la cadena sacó pecho tirando de nombres televisivos de toda la vida, tratando de dejar la sensación de que todos habían dado el salto buscando pastos mejores. Si querías ver la televisión «normal» pero el infotainment te tenía hastiado, este era el sitio al que ir. Estaban cambiándolo todo para que todo siguiera absolutamente igual.

Personas como Andreu Buenafuente, Raquel Sánchez Silva, Iñaki Gabilondo, Javier Coronas, Jon Sistiaga, David Broncano o Paula Vázquez empezaron a amontonarse con formatos de todo tipo, desde el clásico late night (‘Late Motiv’) hasta realities de acción (‘La huida’) o programas que aunaban humor y política al estilo John Oliver (‘LocoMundo’). Movistar Plus+ quería ser la televisión inteligente para aquellos que amaban la televisión. Solo había dos problemas.

El primero, claro, el muro de pago. Netflix ya abrió la puerta para convencer a un público español reticente a abrir la cartera de que pagar por ver contenido de calidad y a la carta era algo que nos beneficiaba a todos, pero el concepto de Movistar era muy distinto y más similar a lo que se estaba emitiendo en cualquier canal gratuito. ¿Por qué, entonces, había que pasar por caja? Nunca acabó de entenderse y muy pocas personas acabaron teniendo Movistar Plus+, fuera de combos variados, por su programación (más allá del fútbol). El segundo problema era aún más peligroso: qué se consideraba como «televisión inteligente». Un melón por abrir.

Nos vamos yendo

Movistar quiso jugar a todo: a crear las series más punteras, los realities más originales, el entretenimiento más joven y los documentales más punzantes. Y, al final, se dio de bruces contra un público al que este clima de glamour revestido de cualité se le quedaba grande o le resultaba pretencioso. Nadie niega el aparente interés de formatos como ‘Scott y Milá’, ‘Radio Gaga’ o ‘Cero en historia’, pero la audiencia general, esa gran olvidada, no estaba por la labor de ver La 2 supervitaminada, y mucho menos pagando por ello.

Radio GagaRadio Gaga

Movistar, poco a poco y con las audiencias en la mano, fue acabando con sus programas de entretenimiento, sustituyéndolos por series y documentales. Uno tras otro fueron cayendo fulminados (‘Las que faltaban’, ‘El cielo puede esperar’, ‘La Script’, etcétera) hasta que solo quedaron dos incombustibles capaces de llevar el peso de una idea y un canal a sus espaldas: ‘Ilustres ignorantes’ y, por supuesto, ‘La resistencia’, para el que Movistar habilitó, incluso, un canal 24 horas para poder ver a Broncano y los suyos haciendo el ganso continuamente.

Pero era cuestión de tiempo hasta que el sueño del fallecido #0 llegara a su fin, aplastado por un nuevo intento de entender qué es lo que el público pide a Movistar: series y documentales. Tras fusionar ficción y entretenimiento bajo un mismo mando (el de Domingo Corral), el canal de pago parece haberse centrado en productos hispanos de no ficción como ‘Esta ambición desmedida’, ‘Macarena’ o ‘Supergarcía’ y series centradas en la calidad, los premios y el reconocimiento. Después del éxito de ‘La mesías’ y ‘Poquita fe’, ¿quién puede culparles?

MesiasMesias

¿Qué hay en el futuro de Movistar?

No nos confundamos: el teleoperador no ha dicho adiós a su rama de entretenimiento, pero sí al descontrol monetario de programas como ‘Showriano’ o ‘La resistencia’. En su lugar, se centrará en pequeños formatos de éxito probado y presupuesto controlado como ‘El consultorio de Berto Romero’, ‘Ilustres ignorantes’ o ‘Leo talks’, sin ningún interés, de momento, por volver a probar suerte tratando de romper con una televisión tradicional moribunda y envejecida.

Movistar quería ser un referente del entretenimiento, pero se ha encontrado de frente con un país que no quería ser entretenido. No así, al menos. En su lugar, se ha convertido en un rincón de prestigio donde sus series siempre parecen cuidadas hasta el extremo y son ganadoras de premios: ‘El otro lado’, ‘Apagón’, ‘Reyes de la noche’ o ‘Antidisturbios’ se han convertido en ese boca-oreja continuo que el canal pretendía que fueran Mercedes Milá, Dani Martínez o David Broncano.

Y sí, al final lo ha conseguido, pero por un camino distinto al que esperaba: Movistar Plus+ es un referente de la televisión hispana por sus productos de ficción y documental que ha hecho aguas en el entretenimiento más puro y duro. Después de ocho años, el periodo de pruebas ha terminado. Ahora es el momento de probar que este periodo de evolución ha servido para darse cuenta de lo que son y, sobre todo, no son.

El final de ‘La resistencia’ es lo mejor que le puede pasar a Movistar Plus+, que ya no tiene excusas de ningún tipo para seguir fingiendo que el entretenimiento y los formatos de siempre siguen siendo una pata importante de su ADN. Ahora, por fin, el canal puede enrocarse y centrarse en lo que realmente es: una casa de prestigio para productos de ficción y no ficción en la que los formatos de toda la vida no han conseguido funcionar del todo. Ahora solo falta que el público general se entere.

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