Civil War, la nueva película de Alex Garland y A24, llega a los cines españoles el próximo 19 de abril de 2024 de la mano de DeAPlaneta.
La película está protagonizada por actores y actrices del calibre de Kirsten Dunst, Cailee Spaeny, Wagner Moura o Jesse Plemons, entre otros. Alex Garland dirige y guioniza la cinta mientras que Geoff Barrow y Ben Salisbury firman la banda sonora y Rob Hardy se encaga de la dirección de fotografía.
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Sinopsis de Civil War
En un futuro cercano donde América está sumida en una cruenta guerra civil, un equipo de periodistas y fotógrafos de guerra emprenderá un viaje por carretera en dirección a Washington DC. Su misión: llegar antes de que las fuerzas rebeldes asalten la Casa Blanca y arrebaten el control al presidente de los Estados Unidos.
Crítica de Civil War
Nauseas, angustia, mareo, sudores fríos y ansiedad, todo eso y más. Después del abrumador pase en el que pude ver proyectada Civil War, lo único que quería era volver corriendo a mi casa para darme una ducha, bajar las persianas de mi habitación, hacerme un ovillo y no volver a hablar con nadie durante el resto del día. En esta endiablada road movie bélica de carácter casi documentalista, Garland y un grupo de valientes – y descerebrados – reporteros de guerra nos dan la mano para llevarnos de paseo por el infierno.
Son muchas las epopeyas cinematográficas que nos han sumergido en conflictos armados desde los comienzos del séptimo arte, sin embargo, ninguna nos ha planteado una distopía tan extrema y tan próxima de una forma tan directa, valiente y cruda. Si cintas cómo La Chaqueta Metálica, Ven y Mira o En Tierra Hostil (todas ellas son una clara influencia a la hora de construir y diseñar Civil War) ponían el foco en las labores de las fuerzas militares y en los indefensos ciudadanos, aquí nos muestran la inhumana labor de los periodistas de campo.
Periodismo kamikaze
Estos reporteros, siempre fieles a los valores del periodismo – o kamikazes entregados a una causa suicida, según cómo se mire -, tienen cada uno una historia distinta y muchas vivencias traumáticas a sus espaldas. Se adentran en el ojo del huracán desde una posición neutral, sacrificando su salud mental y arriesgando sus vidas para conseguir información de primera mano para, más tarde, poder divulgarla y compartirla.
Cumplir con su labor no es sencillo, deben lidiar con factores cómo la dañina adicción a la adrenalina, el pavor, el trauma o la necesidad de estar en primera línea mientras luchan contra el reloj. El verdadero reto al que se enfrentan no es el de conseguir la mejor foto de portada ni el titular más llamativo, es el de permanecer cuerdo después de todo lo vivido.
Lentes manchadas de sangre
Civil War es una experiencia de elevada intensidad que podría ser etiquetada fácilmente cómo cine de terror. A lo largo de los más de 800 kilómetros que separan Nueva York de Wahington DC, nos encontraremos con constantes peligros y amenazas que provocarán imágenes de una violencia desmedida y de una crudeza inusitada. Alejándose de sus rasgos estilísticos habituales (más propios del fantástico y el Sci-Fi más minimalista), Garland opta en esta ocasión por dotar al film de un look hiper-realista en el que se le aplica un tratamiento extremadamente fidedigno e inmersivo a todos los elementos sonoros y visuales. Podemos sentir la magnitud de cada bala y cada impacto. Los efectos de sonido, combinados con las terroríficas y tensas secuencias planteadas, se convierten en un cóctel explosivo capaz de sobresaltar e impactar con facilidad incluso a los espectadores menos aprensivos.
El elemento más sugerente y sorprendente a nivel estético es el inteligente uso de las numerosas instantáneas tomadas por los personajes protagonistas, impresionantes retratos fotografiados por lentes manchadas de sangre. Estos, se insertan en el montaje de forma dinámica, elevando la densidad de la cinematografía, estilizándola y funcionando simultáneamente cómo un accesorio meta que dota a la cinta de una personalidad y un aura especial y distintiva.
This is America
América se cae a pedazos, el presidente del gobierno no tiene potestad alguna y ya no hay reglas. Los grupos paramilitares imponen su ley, la del más fuerte mientras proclaman cómo buenas sus ideas extremistas. Buen ejemplo de ello ese espeluznante soldado redneck de lentes traslúcidas interpretado por Jesse Plemons en una de las secuencias más estremecedoras de todo el metraje. Este tipo de situaciones nos recuerdan lo peligrosas que son determinadas ideologías y las consecuencias irremediables de dejar que se extiendan y desarrollen sin impunidad.
Las brutales y viscerales secuencias que Civil War plantea, hacen las veces de espejo que proyecta un mundo que nos recuerda a todos esos conflictos bélicos acompañados de matanzas injustificables y sanguinarias que están sucediendo ahí fuera en este mismo momento. Garland nos invita a saltar la barrera de protección que nos ofrecen los informativos diarios y nos mete de lleno en un territorio hostil creíble, probable y si seguimos así, más próximo de lo que desearíamos.
Conclusión
Civil War es una obra maestra categórica y absoluta. Un ejercicio de tensión y acción combinado con el desarrollo del perfil psicológico del reportero de guerra que se traduce en una experiencia cinematográfica inolvidable. Sin necesidad de plantear una tesis excesivamente compleja ni especialmente desarrollada, Garland se las ingenia para crear una atmósfera tan atrapante cómo tóxica que nos invita a seguir mirando al mismo tiempo que pensamos en huir. Sencillamente arrolladora.
