En su nuevo libro, el académico y filósofo
construye un análisis lúcido y multidisciplinario que analiza en profundidad la
violencia estructural de la que hoy somos parte.

A partir de hitos recientes −como la
pandemia, la revuelta social, el proceso constituyente− y del análisis de
diversas formas de expresión artística, el filósofo y académico Sergio
Rojas nos invita a repensar, en El asco y el grito, la forma en que comprendemos el poder,
la sociedad y la agencia humana.  

Con una mirada particular,
multidisciplinaria y plagada de referencias a obras artísticas, Rojas
examina en este ensayo la manera en que respondemos a las crisis económicas
globales, las migraciones forzadas y la urgencia ambiental, mientras nos
desafía a reconocer el papel que cada uno de nosotros juega en la reproducción
de la violencia estructural cotidiana.  

«La pregunta que me inquieta es ¿cómo
es que habitamos la violencia? ¿Cómo sucede que nos domiciliamos en un
“universo extremo”? ¿Cómo llegamos a hacer cotidianamente invisible e
inaudible el no-mundo?», plantea el autor.

En este sentido, asegura el doctor en
Literatura, «la amenaza no viene desde otra «forma de vida», sino desde el
territorio de los expulsados, de los desechados, de los que no han logrado
«ingresar», que no han logrado «establecerse»». 

Lo que el autor sostiene en El asco y
el grito es que «la violencia tiene que ver ante todo con una forma
de vida que colapsa».  Esta forma de vida, explica el académico, se
encuentra amenazada, pero no por otra forma de vida, no por personas que tienen
costumbres, creencias o valores distintos, sino por quienes no caben en ella.

«De aquí que, de pronto, nuestra
comprensión del mundo puede verse abrumada, allí donde, como se dice, «uno ya
no sabe qué pensar»: el mundo se agrieta y deja ver el no-mundo sobre el cual
se ha edificado», ilustra Rojas.

La violencia implica siempre un
«exceso» que hace difícil considerarla solo como un medio o
instrumento subordinado a determinados propósitos, explica en autor en estas
páginas. Más bien, sostiene, los seres humanos suelen transformarse en
agentes de una violencia que transita a través de ellos. 

«Pienso que todas las personas
cotidianamente «resisten», para poder vivir y no dejar de aspirar a la
felicidad.

Aun cuando en los sondeos de opinión, en
las encuestas, entre los temas que la clase política mantiene sobre el tapete,
en los titulares habituales de la prensa se hace referencia a una
creciente inseguridad debido a un aumento de la violencia y de la delincuencia,
se tiende a considerarla como una situación de excepción, como acciones que
rompen la normalidad, que interrumpen el orden. La noción de que el orden
es portador de violencia comienza recién a emerger», expresa el autor.

 La violencia y el arte

 Rojas propone en el libro que
existen, en términos generales, dos maneras de abordar la violencia en las
artes. La primera, explica, consiste en poner en escena la violencia en su
excepcionalidad. La segunda, en tanto, persigue «dar a pensar la violencia, lo
que implica no atender a su excepcionalidad −algo de lo que abunda información
e imágenes en las redes sociales y en la prensa−, sino al hecho de que la
violencia constituye hoy un aspecto esencial del orden de nuestra existencia».

 De acuerdo con el autor, cuando la
violencia nos acecha constantemente, «es casi inevitable que nosotros como
destinatarios del arte −omo espectadores, lectores, auditores− encontramos en
las artes elementos que nos permiten reflexionar sobre eso que nos abruma.
Esto sucede muchas veces, aunque el tema explícito de una obra no sea la
violencia». 

 En esta obra original y lúcida y
actual, el autor despliega su habilidad para hacer converger naturalmente
la filosofía, las artes, la política, la historia y las ciencias sociales en
un texto estimulante que nos anima a cuestionar categorías como sujeto,
identidad o civilización.

Sergio Rojas es filósofo, Doctor en
Literatura, Profesor Titular de la Facultad de Artes de la Universidad de
Chile, donde es coordinador del Magíster en Teoría e Historia del Arte.

 También se desempeña en la Facultad de
Filosofía y Humanidades de la misma universidad. Ha dictado conferencias en
diversas universidades de América Latina, Europa y Estados Unidos. Sus áreas de
reflexión e investigación han sido la filosofía de la historia, estética,
literatura, artes visuales y teoría de la subjetividad.

Entre sus múltiples publicaciones se
destacan los libros Escritura neobarroca (2009), Catástrofe y
trascendencia en la narrativa de Diamela Eltit (2012), El arte
agotado (2012), por el que obtuvo el Premio a mejor ensayo del Consejo del
Libro y la Lectura; Las obras y relatos III (2017); Tiempo sin
desenlace (2020); De algún modo aún, La escritura de Samuel Beckett (2022); ¿Qué
hacer con la memoria de “Octubre”? (2023). En formato plaquettes
publicó La sobrevivencia cínica de la subjetividad (2014) y Escribir
el mal. Literatura y violencia en América Latina (2017).

Actualmente prepara la publicación de su
libro El pasado no cabe en la historia. 

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