En Netflix darían lo que fuera por conseguir nuevas franquicias, pero una cosa es querer y hacer todo lo posible por sacarlas adelante y otras que luego cuenten con apoyo suficiente por parte del público. De hecho, en el caso de esta plataforma siempre me queda la duda de si algunas sagas son realmente un éxito o si simplemente la gente las ve porque les aparecen en la pantalla de inicio del servicio.
Una de las pocas excepciones que se me ocurre es la de ‘Tyler Rake’, pues fue una película que supo exprimir bien las posibilidades como héroe de acción de Chris Hemsworth. De hecho, sus propios responsables parecían conscientes de ello cuando alteraron el final del cómic original para dejar la puerta abierta a una posible secuela que tardó bien poco en confirmarse. Finalmente es hoy cuando ‘Tyler Rake 2’ llega a Netflix con una propuesta más salvaje y espectacular pero que flaquea en su tramo final cuando lo tenía todo para superar a su predecesora.
Más grande… ¿y mejor?
Seguro que no soy el único que recuerda la primera entrega por su apabullante (falso) plano secuencia en el que la película ponía toda la carne en el asador. En esa ocasión duraba 12 minutos, pero en ‘Tyler Rake 2’ han querido subir más el listón con y se han ido hasta los 21 minutos, situado además también a mitad de metraje para que vuelva a ser el punto en el que publico entre ya de lleno en la acción o le queda claro que esta película no es para ellos.
Ahí es justo destacar que ‘Tyler Rake 2’ se toma primero las cosas con un poco de calma para volver a situar al personaje interpretado por Hemsworth, nos da algún detalle más sobre su pasado y se preocupa en justificar que acepte una nueva misión cuando ya parecía haberse retirado de forma definitiva. No es que el guion de Joe Russo sea muy memorable, pero al menos aquí sabe moverse mejor en un territorio repleto de lugares comunes que en otros títulos suyos antes de que la historia pase a un segundo plano y sea el despliegue visual de Sam Hargrave lo que se apodere de la función.
Hargrave era conocido por su trabajo como coordinador de especialistas antes de dirigir la primera entrega, siendo quizá ‘Atómica’ la que más le había permitido lucirse en esa faceta. Sin embargo, es evidente que con esta franquicia ha querido dejar claro de todo lo que es capaz y también de una necesidad de superarse a sí mismo demostrando que se pueden hacer escenas impresionantes casi prescindiendo al máximo del uso de los retoques por ordenador.
Eso lleva a que a partir de ese extenso plano secuencia, todo en ‘Tyler Rake 2’ gire alrededor de la acción. Sí, hay alguna pequeña pausa aquí y allá, pero lo justo y necesario para que el ruido y la destrucción regresen con todavía más fuerza. Ahí el gran reto al que se enfrentaba Hargrave era lograr mantener la tensión en todo lo alto hasta que aparezcan los títulos de crédito finales y ahí sabe aprovechar muy bien una inteligente decisión que proviene ya del guion de Russo: dar algo más de espacio para lucirse a los aliados del protagonista.
Ojo, Hemsworth sigue siendo el protagonista absoluto y el héroe que todo lo puede, pero la fuerza de la amenaza es tan abrumadora que ‘Tyler Rake 2’ potencia a los personajes de Adam Bessa y, sobre todo, Golshifteh Farahani (‘Paterson’), logrando así tanto dar más variedad y salsa a los combates cuerpo a cuerpo como introducir algo más de dramatismo en lo que de otra forma podría haber sido un simple intento de recuperar la figura de héroe de acción de los 80.
Además, aquí Hemsworth también se muestra más cómodo y convincente en su personaje, sabedor del reto físico que tenía ante sí pero también que una producción de estas características tira más del carisma que del talento interpretativo de su protagonista. Es verdad que su subtrama más personal pincha un poco en hueso, ya que es un recurso que se ha utilizado tantísimo que canta mucho cuando no se le da el mimo necesario, pero en lo referente a su trabajo creo que podemos hablar de un paso adelante respecto a la primera entrega.
De hecho, algo curioso que sucede aquí es que ‘Tyler Rake 2’ pierde fuerza cuando la amenaza a batir se vuelve algo más íntimo y personal, ya que el vigor dramático que había introducido por ese lado daba la sensación de ser poco más que una excusa para las arrolladoras escenas de acción. No es que se hunda, pero sí que sabe a poco con respecto a lo visto apenas minutos antes.
Además, tampoco me sentó muy bien ese descaradísimo intento final de dejarnos claro que habrá una tercera entrega y todas las que hagan falta a poco que tenga el éxito esperado. No dudaba que eso pudiera suceder, pero es que el camino que propone apunta a desvirtuar la evolución del personaje para que simplemente vuelva a enfrentarse a misiones cada vez más complicadas. Y lo siento mucho, que las escenas de acción más desatadas funcionan muy bien, pero Tyler Rake está muy lejos de ser el nuevo Ethan Hunt.
Por suerte, el bagaje es bastante positivo, sobre todo si dejamos de lado que este mismo año hemos visto algo tan impresionante como ‘John Wick 4’, y dudo mucho que cualquiera que disfrutase con la primera entrega no se lo pase también bien con esta secuela.
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