A menudo, las citas de ‘First Dates’ no hacen precisamente match. Ana tuvo claro desde el principio que Manuel no era su tipo, pero él no cejó en su empeño para impresionarla marcándose un bailecito que no triunfó demasiado.

Flashdance

Ana tiene 48 años, vive en Manresa (Barcelona) y ha trabajado como gogó y como stripper. Precisamente, por su trabajo ha terminado con varias hernias en la espalda y dice que lleva ocho años soltera porque es demasiado exigente. Vino buscando una persona por la que sintiera amor a primera vista.

Manuel es de Esplugas de Llobregat (Barcelona), tiene 52 años y trabaja en un supermercado. Dice que le cuesta encontrar pareja porque «no le gustan todas las mujeres». Nada más verlo, Ana ya se echó un poco para atrás: «No pegamos nada, lo siento por el muchacho».

La cita continuó con una tónica similar, ya que a Ana no le cuadró su forma de hablar o o la forma en la que se comía los espaguetis. También le chocó enterarse de que Manuel ahora estaba viviendo con sus padres y de que trabajase en un supermercado: «Se conforma con lo que tiene, yo no soy así».

Cuando comenzó a sonar la música, Ana lo dio todo en el baile y Manuel se quedó de pie dubitativo: «No soy muy de bailar». Al final se animó a mover un poco el esqueleto, aunque ella pegó un respingo cuando él la agarró demasiado abajo: «Las manos se le iban un poco para mi culo y yo: Quieto, amigo».

First Dates Decision

Él no quería ser menos y presumió de haber sido la estrella de la pista en sus años mozos: «No me lo creo. A mí, mentiras, cero» le espetó ella. Él admitió que igual se había pasado un poco adornando la realidad y ella se sinceró diciéndole que no era su tipo.

Pese a todo, Manuel no tiró la toalla, quiso invitarla y dejar la puerta abierta a ser amigos con derecho a roce. En la decisión final, insistió en tener otra cita con ella pero Ana le cortó las alas tajantemente y dejó claro que eran demasiado diferentes.

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