Conspiraciones políticas, triángulos amorosos y figuras históricas relevantes son algunos de los elementos que componen la trama de Franklin, la nueva miniserie sobre uno de los Padres Fundadores de Norteamérica protagonizada por Michael Douglas que ya está disponible en la plataforma de Apple TV+.

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Sinopsis de Benjamin Franklin

En diciembre de 1776, Benjamin Franklin es conocido en todo el mundo por sus experimentos con la electricidad, pero su pasión y su poder se ponen a prueba cuando se embarca en una misión secreta a Francia de la que depende el sino de la independencia americana.

Crítica de Benjamin Franklin

Una producción que cuenta con todos los ingredientes para triunfar, pero no sabe como ejecutarlos de manera correcta es la definición perfecta de lo que encuentra el espectador al ver Benjamin Franklin, que funciona para comprobar una vez más el talento de un titán de la actuación como lo es Michael Douglas, pero no ofrece mucho más para mantener intriga durante sus ocho capítulos que llegan a sentirse tediosos y carentes de emoción en momentos cruciales para la trama.

Una estructura irregular

El apartado narrativo de Benjamin Franklin es su mayor fallo, con una historia que abarca ocho años clave en la vida de Franklin pero narrados a través de una línea argumental sin ritmo y con diálogos expositivos más propios de una lección académica de historia que un producto audiovisual.

Desde su episodio piloto, se vislumbra el armazón de una producción interesante pero con una serie de piezas que no terminan de encajar en un todo cohesivo. La introducción del personaje titular apunta maneras y las primeras secuencias que abordan su llegada a París nos permite elaborar un retrato de la sociedad francesa de la época con sus luces y sombras. El problema radica en que este recorrido se evapora rápidamente y en su lugar nos encontramos con una épica glacial llena de conversaciones tediosas, sub-tramas románticas anodinas y un desarrollo de personajes a medio gas que da la sensación de contemplar una colección de figuras de cera sin poder conectar con ellas, sólo accediendo a su mundo interno en un plano superficial.

La exploración de cuestiones políticas y sociales tampoco está plasmada de una manera convincente y lo que podría ser un trasfondo brillante incurre en subrayados esquemáticos que apenas rascan la base de
los hechos presentados.

Para sus capítulos finales, las grandes preguntas de Benjamin Franklin se resuelven de manera apresurada y la serie deja la sensación de que sus temas más interesantes no se abordaron de la mejor forma, culminando un desarrollo accidentado que nunca alcanza todo su potencial.

Michael Douglas es el punto más alto de Benjamin Franklin

Si hay algo que podemos rescatar de la producción es el acertado trabajo de Michael Douglas a la hora de darle vida a Benjamin Franklin. Su tono sobrio y presencia elegante son herramientas clave para una actuación sólida y Douglas borda cada uno de los manerismos del Padre Fundador, inyectando algo de vida a la trama.

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Benjamin Franklin | Imagen cedida por Apple TV+

El actor británico Eddie Marsan destaca con su retrato sardónico del diplomático John Adams y Assaad Bouab es una presencia carismática en el rol de Pierre Beaumarchais, un polímata francés aliado de Franklin.

Por otro lado, los actores que desentonan en el conjunto son Noah Jupe, Théodore Pellerin y la actriz francesa Ludivine Sagnier. Jupe y Sagnier tienen roles de vital importancia en la historia, pero nunca logran superar las limitaciones del guión, mientras que Pellerin se nota sobreactuado en casi todas sus escenas.

Una ambientación de altura

En el plano técnico, Benjamin Franklin cuenta con valores destacables, como su diseño de producción que recrea con espectacularidad y atención al detalle la Francia pre-revolución, mientras que el vestuario presenta diseños fieles a la época con un colorido abigarrado y sofisticación. Lo mismo ocurre con el departamento de maquillaje y peluquería, donde observamos un trabajo notable con los numerosos rostros empolvados, pelucas extravagantes y labios carmesí. También funciona la plasmación de los efectos de la “gota” en el cuerpo de Franklin.

La música utiliza composiciones minimalistas para establecer las dinámicas entre los personajes y otras de carácter grandilocuente en los momentos álgidos de la trama. Un trabajo acertado sin ser memorable.

En conclusión…

Benjamin Franklin es una miniserie ambiciosa que no logra cumplir sus objetivos debido a un guión flojo, pero Michael Douglas le aporta algo de valor con su encarnación del personaje titular.

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