Uberto Pasolini en la Bienal de Venecia

Cuenta Uberto Pasolini (Roma, 1957) que a los 26 años estaba forrándose como banquero de inversión y decidió cambiar radicalmente de vida. “Pasé de un día a otro de tener secretaria y un sueldazo a dar de comer al equipo del rodaje de Los gritos del silencio (Roland Joffe, 1985)”. Su gran momento llegó en 1997 cuando produjo Full Monty (Peter Cattaneo), un enorme éxito mundial que dio incluso lugar a un fenómeno sociológico. Como director, está viviendo su mayor triunfo con su tercera película, Cerca de ti, la tierna pero también dura historia de un padre soltero de clase obrera que ante su muerte inminente busca una familia para que adopte a su hijo de cinco años.

Inspirándose en una historia real, vemos la odisea de John (espectacular James Norton), un modesto limpiador de ventanas huérfano que cuida solo a su hijo tras el abandono de la madre. Tras detectársele un cáncer terminal, se muestra indeciso sobre quiénes cuidarán mejor a un hijo que adora. Hay familias que adoptan siete hijos, otras que sufren lo indecible por la esterilidad de alguno de ellos y quien más bien parece buscar un juguete en una radiografía de la sociedad británica. Pasolini nos da las claves de un filme emotivo muy oportuno para las Navidades en el que según él mismo ha querido trasladar su idea de que “el amor consiste sobre todo en escuchar y ponerse en la piel del otro”.

Pregunta. La película cuenta una situación trágica pero no aprieta las tuercas, ¿quería evitar el excesivo dramatismo?

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Respuesta. El tema de la película es el amor en la relación entre este padre y este hijo, no se ve la enfermedad y la muerte. Una de las cosas que el padre trata de hacer es esconder la realidad de la situación a su hijo, sobre todo en la primera parte para protegerlo. John (Norton) no lo hace porque tenga un problema con el concepto de la muerte sino porque cree que el hijo es demasiado joven para afrontarlo. Después, en su viaje empieza a comprender que tiene que hablar de lo que está pasando y es su tarea hacerlo.

Daniel Lamont y James Norton protagonizan la película ‘Cerca de ti’

P. ¿Siempre será difícil abordar un asunto como la muerte con un niño?

R. Se trata de la necesidad de comprender lo que necesita la otra persona. Tenemos que dejar atrás las certidumbres sobre lo que necesita y quiere esa persona y estar abierto a esa comprensión del otro porque sus prioridades pueden ser diferentes a lo que tú te imaginas. Este es el viaje del padre. La película habla de llegar a un momento en el que comprendes que lo más importante es descubrir lo que le pasa a la persona que amas. Cuando tenemos las respuestas ya no nos comportamos de manera egoísta, el problema es que no escuchamos cuando amar sobre todo consiste en ponerse en la piel del otro. En este sentido soy optimista. Siento que la juventud actual es más solidaria y está más concienciada con los problemas de los otros y del mundo que hace veinte o treinta años. Estamos saliendo de una sociedad muy egoísta para comenzar a pensar en los demás. La empatía es la palabra clave.

P. ¿Aprender a amar es el logro más difícil?

R. La empatía sin acción no vale nada. Es algo que escuché en una misa de Navidad y me marcó. Trato de hacer cada vez más pero después no sé si es suficiente. En esta película me sirvió mi experiencia como padre porque una vez lo eres es para toda la vida y es el trabajo más difícil. A los 64 años he comenzado a descubrir que lo importante no es dar lecciones o consejos sino escuchar. No se trata de llegar a una solución a un problema sino de saber lo que siente esa persona. Lo estoy descubriendo un poco tarde con mis hijas, ahora es cuando me doy cuenta de que he dado muchas soluciones prácticas y me he dedicado a resolver problemas pero no he sabido entender bien lo que ellas necesitan.

P. En ese cásting del padre para la nueva familia de su hijo vemos desde el mayor altruismo al peor egoísmo. ¿Quería que fueran un reflejo de la sociedad?

R. Yo tengo una vida privilegiada porque vivo bien y tengo una buena familia. No sabía nada de la adopción y en la investigación que realicé lo que más me sorprendió es que la gente llega de maneras muy distintas. Lo que vemos en la película está inspirado en las reuniones que tuve con esas personas. En las parejas también es diferente, en el sentido de que la mujer quiere adoptar por una razón y el hombre por otra. Para mí el cine en este momento de mi vida es una excusa para descubrir cosas lejos de mi realidad. El padre en el artículo no tenía familia, así que no solamente la madre había abandonado al bebé al poco de nacer. Eso es algo muy diferente a mi realidad y me interesaba mucho tratar de ponerme en la cabeza de una persona en esta situación.

P. ¿Cómo se dirige a un niño en una película con tanta carga dramática?

R. Una de las cosas que me sorprende más es el trabajo de Daniel (Lamont) como actor. Es un niño muy simpático, lleno de vida, expansivo y alegre. Yo había escrito un personaje que era lo opuesto, silencioso, introspectivo y tranquilo. Y Daniel entendió muy rápido que había una gran diferencia entre él mismo y Michael, el personaje. Se transformó en un verdadero actor.

P. ¿Cómo pasó de trabajar como banquero de inversión al cine?

R. Llegó un momento de mi muy breve carrera como banquero de inversión en el que tuve demasiado éxito. Me dijeron que sería el director más joven de la historia del banco y que tendría una carrera fantástica. Entonces tuve miedo de quedarme allí, me dije que si no me iba nunca iba a salir. Pasé de un día a otro de tener una secretaria y un buen sueldo a llevar bandejas en Tailandia en el rodaje de Gritos del silencio (Roland Joffe, 1985). Fue un cambio de vida muy drástico pero también una buena idea. Si me hubiera quedado en el banco ahora sería rico pero tendría menos historias que contar a mis futuros nietos.

P. Tiene un apellido muy cinematográfico, ¿alguna relación con Pier Paolo Pasolini?

R. ¡Ojalá hubiera tenido a Pasolini en mi familia! Como poeta crítico, hombre de cine, novelista… fue un gran personaje. Mi familia viene de Romagna que es una región cerca de Bolonia y allí hay muchos pasolinis.

@juansarda

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