Es muy curioso lo distintas que han sido las tres temporadas que ha comprendido ‘Star Trek: Picard‘. Si bien están inundadas de factor nostálgico y cierto componente «personajes de ‘La nueva generación'» cada una ha ido capeando el terreno para ofrecernos, con mayor o peor tino, una historia diferente no solo en trama sino en temática.

En esta ocasión la temporada 3 y final, cuyo décimo y último episodio está disponible desde este viernes en Amazon Prime Video, ha planteado la aventura definitiva para el Picard de Patrick Stewart y sus amigos, metiéndonos de lleno en plena conspiración que amenaza con acabar con toda la Federación.

Para ello, Terry Matalas traza una aventura en la que pide paciencia al fan de la franquicia, dosificando el factor «reencuentro» y el fanservice (algo de lo que quizás deberían aprender los de Star Wars), mientras que va recogiendo migajas e hilos tanto de la serie como de las películas protagonizadas por la tripulación de la Enterprise-D.

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Más que reencontrarse

De esta manera, Picard acude junto a Riker (Jonathan Frakes) a una llamada de socorro de una vieja amiga, Beverly Crusher (Gates McFadden). Al bordo de la Titan, se encontrarán con un enemigo formidable que busca, a toda costa, al hijo de esta con Picard, Jack (Ed Speleers). Mientras, Raffi (Michelle Hurd) lo pierde todo investigando una gran conspiración.

Como os podéis imaginar, la trama de unos como de la otra acaba confluyendo en una aventura contrarreloj donde no solo se debe hacer frente a los Cambiantes sino también a acontecimientos y fantasmas del pasado, concretamente todo «el lío» de Picard con los Borg, toda una constante en la serie.

Podríamos decir que gran parte de lo que funciona en esta temporada final radica en, precisamente, la recuperación de esa deliciosa química entre los personajes de ‘Star Trek: La nueva generación’. Si obviamos que ya están entrados en años, parece que no ha pasado el tiempo y las interacciones, piques y bromas entre Picard y Riker o entre Worf, La Forge, Data, Troi, etc. son embriagadoras.

Pero, como he dicho al comienzo, esto no es un mero encuentro: es una aventura con todas las de la ley. Y una muy buena: es emocionante y compleja, tiene sus giros interesantes y, si bien no es tan arriesgada como podríamos exigir en los tiempos de hoy, es bastante ambiciosa.

Del mejor Star Trek en años

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Ambiciosa no solo en cuanto a guion, también en la dirección, que se aleja formalmente de las temporadas anteriores para ofrecer algo más sofisticado y cinematográfico haciendo que leamos esta temporada final casi más como el ‘Star Trek XI’ que nunca tuvimos.

Además, en una temporada tan cargada de factor nostálgico, casi sorprende ver que el verdadero personaje revelación es el capitán Shaw (Todd Stashwick) que si bien es la antítesis de Picard, resulta ser todo un «MVP». También logra una cosa: querer más aventuras de personajes como Raffi y Siete de Nueve, aunque ya llevaban tiempo reivindicándose.

En definitiva, la temporada final de ‘Star Trek: Picard’ ha sido soberbia de principio a fin, siendo de lo mejor que hemos visto en la franquicia en estos últimos años. Algo que resultará más que bienvenido a los que estaban algo decepcionados con la nueva era de la franquicia.

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