La Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona se encuentra entre los monumentos más visitados en el mundo, por lo que desde el 1 enero del 2018 se implantó un nuevo sistema de seguridad que la brinda contra el terrorismo.

Los visitantes y trabajadores deberán pasar por escáneres de seguridad, además de traspasar arcos detectores de metales. Hay 10 escáneres distribuidos en diferentes accesos, de los cuales al menos una deberá ser atravesada por cualquier visitante.

Esta inversión de parte de la Fundación Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia costó unos dos millones de euros. La medida fue tomada a raíz de los atentados de La Rambla y Cambrils del pasado mes de agosto, arrojando las investigaciones que esta obra arquitectónica era uno de los objetivos claves de los terroristas.

La medida de seguridad se une a la aplicación de big data, para así disminuir la congestión de turista en los alrededores de la Sagrada Familia.

 

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