El pasado 08 de abril se cumplieron 43 años de la muerte de uno de los pintores más grandes del siglo XX, el español Pablo Ruíz Picasso, conocido en la historia del arte como uno de los más importantes exponentes del movimiento cubista.
Este genio de la pintura acostumbraba a inspirarse durante la noche, trabajaba en su estudio hasta altas horas de la madrugada, por lo que solía dormir durante la mañana para reponer las horas en vela que su labor creativa le demandaba.
En Relatos Íntimos, Fernande Olivier reseña los años más duros de Picasso. Recuerda aquella época en la que, sumido en la miseria, el artista español prefería permanecer en la cama para evadir sus dudas, frustraciones y para no ocasionar “gastos”.
Su etapa en Montmartre también coincide con su vida más bohemia, en la que el autor de El Guernica escogía las fiestas y los excesos cuando conseguía algo de dinero, y consumía opio eventualmente para olvidarse de sí mismo.
Si bien los relatos de Olivier nos muestran una cara bastante íntima de Picasso, Arianna Stassinopoulos va un poco más allá con su biografía Sobrevivir a Picasso, donde hace un retrato biográfico del pintor español a través de las experiencias de Francoise Gilot que lo muestran como un hombre manipulador, ególatra y oportunista.
Muchos admiradores de este maestro precursor del Cubismo prefieren que Picasso hable a través de su legado pictórico.