Cuando un artista deja huellas en el mundo recibe todos los honores que ameritan su esfuerzo y dedicación en el camino por las artes. Es por ello que con el paso de los años sus nombres ganan terreno en vez de ser olvidados. Tal es el caso del pintor expresionista Emil Nolde (1867-1956), quien e pesar del tiempo ausente físicamente, sigue en el imaginario colectivo por su aporte a la comunidad.
Dando un paso más para mantener su recuerdo vivo, el presidente de la Fundación Nolde, Christian Ring, informó que la antigua casa y taller del artista, que se convirtió en un museo en la década de 1950, será restaurada y modernizada de acuerdo al concepto de patrimonio histórico.
Asimismo, la cara representativa de la Fundación precisó que la atmósfera especial de la vivienda, ubicada en Seebull, será preservada tal y como está. De hecho, destacó que algunas cosas volverán a ser casi iguales.
Además, explicó que entre los planes de reestructuración está el conversar el carácter del domicilio y su sustancia histórica en la medida de lo posible. No obstante, subrayó que se creará un museo que cumpla con los requerimientos actuales.
Construcción inicial
El imponente edificio de ladrillos se levantó en varias etapas a partir de 1927, según los planos de Nolde. Tras el fallecimiento del pintor, la casa fue reconstruida y abierta al público.
Más allá de lo que se muestra dentro del recinto, está el significado humano. Pues en la edificación Nolde vivió y trabajó, además, como destacó el director de la Fundación, “no es un museo cualquiera”, los restos del artista moran en el lugar.
Resaltó que a partir de los detalles de la vivienda comenzó a comprender mejor toda la obra de Nolde. La apertura está planeada para la segunda mitad de 2021.
