El minimalismo dentro del arte consiste en colocar las diferentes formas que se encuentran  reducidas a estados mínimos de orden y complejidad desde el punto de vista morfológico.  Lo importante dentro de este tipo de arte es su totalidad, no la relación entre sus partes o composición. El todo es más importante que las partes.

Como dato histórico, el minimalismo cobró fuerza en los años 60 y 70 en Estados Unidos, específicamente en Nueva York, y no fue sino hasta 1965 cuando el filósofo Richard Woheim utiliza el término minimal para a este tipo de arte.

Por otra parte, el arte minimalista niega toda función asociativa, el cual no expresa nada, no hace sentir nada, remite solamente a la obra misma. Para los artistas, la obra que se presenta tenía que estar despojada de toda reminiscencia emocional, sin contenidos e ideales de formación propios de la cultura burguesa.

Uno de los artistas que comparte este tipo de visión en Piet Mondrian, el cual perteneció al movimiento De Stijl y el neoplasticismo, evolucionó hacia la abstracción y sus pinturas son minimalistas.  Estaba interesado por la teosofía de Blavatsky, buscaba un conocimiento esencial más allá de lo empírico, esa búsqueda de la estructura básica del universo le hizo repudiar las características sensoriales de la textura y la superficie, las curvas y el arte figurativo, utilizando colores primarios y la abstracción para indagar en lo absoluto.

Ahora bien, ¿cómo se involucra el cinetismo o el arte cinético en las obras de arte minimalistas? Normalmente se puede observar dentro de las galerías de arte, donde puede aparecer una obra de arte minimalista con tonos neutrales, pero el artista le agrega profundidad y movimiento, allí entra en acción el minimalismo.

También el espacio de la exposición puede llamar la atención sobre sí mismo, ya que en muchas ocasiones por su gran neutralidad o por el contraste que establece con las obras hacen que estas cobren vida por si solas; otras veces es fondo evidente y buscado de las piezas, como ocurre en los proyectos de Carl Andre. En otras ocasiones, el espacio forma parte de la obra y es traído a la conciencia perceptiva por ella.

De tal manera podemos decir que toda obra de arte modifica más o menos que pueda alterar la percepción del espacio circundante, pero que a su vez tenga un estilo minimalista, lo hacen intencionadamente como parte de su contenido. La conexión entre obra y espacio es propiciada por el tamaño o la colocación del objeto. En definitiva, el espacio es en el Minimalismo el lugar en el que se produce el encuentro entre sujeto y objeto y la experiencia de la obra.

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