Sus construcciones se remontan al siglo XI y es una cultura que se encuentra repleta de aromas, colores y formas. Muchas de sus edificaciones antiguas fueron erigidas en los años de la colonia francesa y envuelven a los visitantes por sus fascinantes formas, ornamentos y colores.

Marrakech fue fundada por los almorávides en el año 1070. Casi un siglo más tarde, muchas de sus originales edificaciones fueron destruidas y se erigieron nuevas construcciones en La Medina, una de las zonas más fascinantes de esta ciudad del norte del continente africano.

A las diversas culturas que pasaron por la ciudad marroquí se sumaron los portugueses, españoles y franceses, que marcaron su impronta en esta localidad. Dejó de ser la capital de Marruecos, cediendo el lugar a Rabat, pero sigue siendo un lugar de visita obligatoria, atrayendo a centenares de turistas gracias a su contenido histórico y a su deslumbrante legado arquitectónico.

En la actualidad Marrakech está dividida entre la zona central o la gran Medina, también conocida con el nombre de ciudad vieja, donde se encuentran impresionantes bastiones que tiene el característico color colorado que obtienen de la tierra roja, y la villenouvelle.

La villenouvelle o la ciudad nueva data de la época de la colonia francesa. El elemento que unifica ambas áreas de la ciudad es el color, ya que la tierra local, empleada como material de construcción, tiene un tono característico, lo que ha hecho a Marrakech acreedora del nombre de La ciudad roja.

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