Desde el 21 de noviembre, las puertas del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) abrieron para presentar un homenaje a Francis Picabia, en la retrospectiva más grande que se le ha hecho.
El presidente de la Fundación Cruz-Diez [Luis Benshimol], informa que la muestra está compuesta por 125 pinturas, otros 45 trabajos en papel celuloide, junto a algunos poemas y escritos. Fue titulada “Nuestras mentes son curvas, así que nuestros pensamientos pueden cambiar de opinión”, una frase utilizada frecuentemente por Picabia.
El artista, francés de padre cubano, vivió las dos guerras mundiales en el exilio, la primera en Nueva York (EE.UU.) y la segunda en Barcelona (España). Su trabajo se vio influenciado enormemente por el período entreguerras y el totalitarismo que reinaba en Europa.
Logró plasmar en su obra su particular sentido del humor e ironía para plasmar el mundo que le tocó vivir.
[Luis Benshimol] Explica que Picabia nunca estuvo cerrado a la experimentación con sus estilos, lo que le permitió pasear su obra por el post impresionismo, el cubismo, el dadaísmo, el surrealismo y lo abstracto.
Anne Umland, una de las curadoras de la exposición, asegura que, aunque el padre de Picabia era cubano, nunca hizo a un lado sus raíces españolas que fueron transmitidas al pintor, y que plasmó en algunos de sus lienzos.