La relación entre el maestro venezolano Jesús Soto y España está siendo revitalizada tras dos décadas de ausencia y olvido en el mercado de arte de la nación ibérica, y todo gracias a la Galería Odalys la cual, para celebrar sus primeros cinco años en Madrid, decidió recordarlo y revalorizarlo con una exposición individual titulada simplemente ‘Soto, la cual debutó el pasado 2 de junio.

Reporta en su portal oficial Luis Benshimol, miembro de la junta directiva de la Fundación Cruz Diez, que la muestra cuenta con 34 obras de diferentes épocas de la larga carrera de un artista cinético venezolano cuyo patrimonio, por cierto, muestra hoy día una alta demanda reflejada en el aumento del valor de sus obras… Eso, a pesar de que el mercado sigue en deuda con el legado de Soto, sobre todo en términos de reconocimiento internacional.

Muestra de esto último es evidente en España, donde la deuda con Soto es mayor. Tanto, que esta es la primera vez en veinte años que se expone su trabajo allí. “Esta muestra era una parada obligada para nosotros, y para el público español es novedoso porque hay coleccionistas jóvenes que no han tenido hasta ahora la oportunidad de ver a este artista en Madrid”, dijo al respecto Odalys Sánchez, dueña y fundadora de la marca Odalys.

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La revalorización de Soto

Uno de los famosos leños de Soto, el Leño Viejo de 1994, es una de las piezas que mejor simboliza su revalorización en esta muestra. El maestro venezolano elaboraba estas piezas como regalos para sus amigos y, hasta el momento, sólo han sido mostradas en colaboración con colecciones privadas. Sin embargo, hoy los leños han alcanzado un valor de 700 mil dólares.

Otro ejemplo es Núcleo Central de 1969, que fue vendida por la casa de subastas del mismo nombre por $20.000 y, sin cambiar de manos, se ha revalorizado a $800 mil. Esto no es más que la evidencia del crecimiento exponencial en el gusto por el arte cinético, que cimienta no sólo el legado de Soto sino también la creciente reputación de la galería.

Soto, la exposición, el arte

En general, las obras que comprenden la exposición muestran el férreo compromiso de Soto de apuntar hacia el impulso del arte, especialmente en un período histórico que lucía lineal. Su motivación iba dirigida a explorar y, sobre todo, retar nuestros conceptos más rígidos, dándole movimiento a las leyes que regían el mundo del arte.

Luis Benshimol afirma que, en un repaso de su obra, Soto buscaba que sus obras fueran experimentadas sensorialmente, con una suerte de desplazamiento que abre un mundo nuevo al espectador para que logre ver la obra de arte en el espacio y el espacio como una obra de arte. De hecho, esa última frase la dijo el artista durante su exposición en el año 1998 en la que fuera su última muestra individual en España, en el Centro Cultural Conde Duque.

Cegados los Ojos

La exposición cuenta también con un catálogo completo de obras de Soto recolectadas por Alfonso de la Torre. El mismo lleva el título Cegados los Ojos, y trata el tema del vínculo del artista con la tierra española. Y es que Soto realizó visitas frecuentes a Carboneras, en Almería, por invitación de su amigo, el artista francés Edgar Pillet, desde 1962 hasta la inauguración de su primera exposición en 1981. Además, una de las piezas exhibidas muestra un homenaje a la fiesta nacional de España, cuyas varillas de colores rojo y blanco sobre fondo negro, evocan las mismas banderillas que son utilizadas en la llamada fiesta brava.

Hasta el 22 de septiembre, la Galería Odalys en Madrid mantendrá abierta Soto’, un acercamiento a la obra de esta gran artista que convirtió la luz y el color en vibraciones, haciendo del arte cinético una experiencia.

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