El célebre retrato de La Mona Lisa tuvo su inspiración en la noble florentina Lisa Gherardini y el pupilo predilecto de Leonardo Da Vinci, Gian Giacomo Caprotti, mejor conocido como Salai, esto de acuerdo a recientes investigaciones.

La tesis fue anunciada hoy por el experto Silvano Vinceti, presidente del Comité Nacional para la Valorización de los Bienes Históricos, Culturales y Ambientales, una asociación privada que trata de resolver enigmas ligados a grandes personajes italianos.

El estudio señaló que el primer modelo al que recurrió Da Vinci fue Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, un rico comerciante florentino que contrató al pintor para que retratara a su mujer triste y melancólica.

Por otro lado Vincenti percibe igualmente la presencia de un segundo modelo utilizado “en el largo período de gestación de esta famosa obra”, quien no es más que un alumno aventajado de Leonardo a quien el genio renacentista retrata también en obras como “Ángel Encarnado” y “Santa Ana”.

Es por ello que gracias a estas pruebas técnicas queda resuelto el misterio sobre la identidad de la Gioconda, y se sostiene con fuertes bases objetivas que además de Lisa Gherardini, Leonardo recurrió a Salai para realizar el enigmático retrato, conservado en el parisino Museo del Louvre.

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