En la parte más elevada de Ixtapa Zihuatanejo se encuentra una mansión abandonada desde donde se puede ver la costera de Guerrero y que por su líneas clásicas y su ornamentación, evoca al Partenón, el templo que preside la Acrópolis griega.

Esculturas de Poseidón y de Venus acompañan esta obra arquitectónica, que se ha convertido con el paso de los años en atractivo turístico. El mármol reviste buena parte de sus elementos arquitectónicos, otorgándole una singular belleza.

Este “Partenón Mexicano” como algunos lo conocen, cuenta también con pinturas murales en las que se trazaron algunas escenas propias de la mitología griega, siguiendo los cánones propios de la cultura clásica.

La colosal mansión perteneció a Arturo Durazo Moreno, un político mexicano de la década de los setenta que fue conocido como El Negro Durazo, y que se caracterizó por una mala reputación. Gracias a que fue investigado por desviación de fondos, muchas de sus propiedades fueron expropiadas, entre ellas esta mansión, que hoy recibe la visita de los curiosos.

Autoridades municipales se encuentran a cargo de esta edificación, a la que se puede acceder pagando una entrada de 200 pesos, en grupos de siete personas. El Partenón Mexicano también se ha acondicionado para recibir, con cierta periodicidad, eventos de corte cultural.

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