El Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso se convirtió en el principal escenario de una gala de danza clásica, en la que representantes de reconocidas compañías procedentes de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Rusia y Alemania, llevaron al público cubano una exhibición notable.

El espectáculo llevó por nombre Gala Ballet Royalty y dio inicio con el pas de deux de La Sílfide, donde destacaron los bailarines Misa Kuranaga y Rodrigo Almarales. La bailarina japonesa, perteneciente al Boston Ballet, fue una de las principales figuras de la noche, que arrancó del público sentidas ovaciones por su sublime interpretación.

Kuranaga, primera bailarina de la compañía de ballet de Boston, también interpretó a un cisne blanco agonizante, mientras que Rodrigo Almarales actuó junto a la cubana Adiarys Almeida, llevando a la escena del teatro cubano una pieza contemporánea puesta en escena por el bailarín, que ingresó a la Escuela Nacional de Ballet de su país a los siete años.

Alicia Alonso, prima ballerina assoluta y directora del Ballet Nacional de Cuba, agradeció el regreso de Adiarys Almeida a los escenarios cubanos entre un mar de aplausos y un conmovedor reencuentro.

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