La escritora británica no es merecedora del respeto de muchos escritores y críticos literarios, quienes no sólo cuestionan su trabajo como novelista sino que, además, no soportan que sus redes sociales se alimenten de polémicas elucubraciones de las decisiones que tomó sobre el destino de sus personajes.

Cuando autores como Arthur Conan Doyle decidieron silenciar la voz de sus personajes para seguir adelante con sus vidas, lo hicieron definitivamente, sin seguir abriendo foros sobre lo que pudo haber sido o no. Alguien debería nutrir con este ejemplo a J.K. Rowling, quien aprovechó el aniversario de la batalla de Hogwarts para pedir perdón por la muerte de uno de sus caracteres.

Efectivamente, la escritora se dirigió a su gran cantidad de seguidores en Twitter el pasado 02 de mayo para pedir perdón por haber privado de la vida a Remus Lupin. El año pasado el personaje conmemorado fue Fred Weasley, muerte que le valió no pocas maldiciones a la autora de la saga de Harry Potter.

Aunque Rowling asegura que desea pasar la página, parece que hay demasiado dinero en torno a Harry Potter aún para dejar reposar sus aventuras y sus memorias. Como un placer culposo, la autora se ha hecho conocida por sus reflexiones públicas acerca de temas como la relación amorosa entre Ron Weasley y Hermione Granger, decisión de la que posteriormente se arrepintió.

Creemos que Harry Potter nunca obtendrá el reposo que merece y su autora jamás acabará de cerrar ese enorme episodio de su vida literaria, más bien al contrario le siguen naciendo ramas a ese frondoso árbol, con el estreno de una obra de teatro, tres nuevas películas de una precuela y más anécdotas a modo de spin off. Nunca tendremos suficiente de Harry Potter y de su autora.

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