El arte en Venezuela a explorado diferentes dimensiones en diferentes épocas. Una de las expresiones más importantes es la escultura, ya que en todo el país se puede apreciar las innumerables obras de arte en plazas, boulevard, universidades y demás centros públicos, incluso dentro de los centros comerciales.
Francisco Narváez es uno de los artistas más reconocidos en el país por su increíble trabajo a la hora de esculpir, siendo nombrado como uno de los mejores de Venezuela y de Hispanoamérica. Nació el 4 de octubre de 1905 en Porlamar, Nueva Esparta, y la mayoría de su obra se encuentra en el indigenismo y el abstracto-constructivo de la modernidad, además de escultor también fue reconocido como pintor.
Dentro de sus estudios hay que mencionar la Academia de Bellas Artes en Caracas en 1920, la Academia de Julia en París en 1928 donde encontró artistas que lo inspiraron tanto en su pintura como su escultura, algunos de ellos fueron Chaime Soutine, Moisés Kisling y Raoul Dufy. Luego regresó a Venezuela donde su trabajo empezó a resaltar la identidad escultórica del país: en 1934 fue encargado de la fuente de Parque Carabobo, en 1943 hizo la escultura llamada Las toninas, que está en la plaza O’Leary de El Silencio.
Ya para el año 1948 se le fue otorgado el Premio Nacional de Pintura en el Salón IX de Arte Venezolano, en los próximos años realizó diferentes trabajos para la Universidad Central de Venezuela donde podemos mencionar las siguientes: La cultura (1954), Retrato de José Gregorio Hernández (1953), La ciencia (1950), Dr. José María Vargas (1987), Torso de deporte (1956), entre otros.
En 1979 participó en los encuentros internacionales de Arte Contemporáneo en París, y en el mismo año inauguró el Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez en Porlamar con 35 esculturas, 11 pinturas y varias serigrafías. Francisco Narváez murió en Caracas el 7 de julio de 1982.