El pintor y escultor figurativo Eduardo Arroyo falleció  recientemente en la ciudad de Madrid, España a sus 81 años de edad,  considerado como uno de los artistas más relevantes del arte español del siglo XX y el gran exponente de la llamada «figuración narrativa».

Arroyo se exilió voluntariamente en París en 1958, donde permaneció hasta la llegada de la democracia a España a finales de los años setenta. En la capital francesa comenzó su actividad como pintor, además de dedicarse al periodismo.

Como pintor, expuso regularmente en los principales centros artísticos de Europa y América. Sin embargo, en España fue prácticamente desconocido durante años. Su primera exposición, en 1963, fue clausurada por la censura.

Vale destacar que entre sus últimas exposiciones se encuentra la reunida en París en octubre de 2015, una muestra sobre sus mejores retratos de los últimos cincuenta años de su vida.

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