La poeta española Francisca Aguirre falleció recientemente a sus 88 años de edad. Con su partida, desaparece una de las pocas autoras que se mantenían en activo de la llamada “otra generación del 50”, la que conformaron poetas mujeres que inicialmente quedaron fuera de las antologías de la época y que poco a poco fueron ocupando un espacio imprescindible en el mapa poético del país.

Vale destacar que Aguirre tuvo un reconocimiento institucional tardío aunque la crítica había prestado atención a su obra desde sus primeros libros. En los últimos años ese reconocimiento se concretó en el Nacional de Poesía por Historia de una anatomía en 2011 y el pasado noviembre con el Premio Nacional de las Letras Españolas, el máximo galardón de la literatura española tras el Cervantes. E

n el fallo del jurado se destacó una característica de su trabajo poético que honraría su obra y que la situaba en la zona más arraigada y cercana a la sentimentalidad colectiva de nuestra poesía: señaló que era la poeta «más machadiana» de las integrantes de la generación de los 50.

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