Perece que en el ballet no todo es silencio y respeto por la danza. Ahora el público del teatro protesta con abucheos y gritos, cuando no está de acuerdo con la obra.

Eso fue lo que pasó en Madrid con el English National Ballet (ENB). Un sector del público estuvo a punto de interrumpir la función de la puesta en escena del clásico de 1840.

Las razones de las protesta fueron el sonido electroacústico y su despiadado volumen y la deficiente iluminación. Luego, en el segundo acto, en el inframundo, la cosa remontó con la tragedia argumental, señaló elpais.com.

El nuevo enfoque y las escenas de Gisselle, bajo la dirección de Tamara Rojo, estará hasta este 11 de octubre, en el Teatro Real, en la capital española.