Boris Elfman es el creador del Hamlet Ruso, una pieza que se estrenó mundialmente en el año 1999 en el Ballet de San Petersburgo y que fusiona el argumento de la magistral tragedia shakespeariana con música de Beethoven y Mahler, pues la pieza se desarrolla en la Rusia de mediados del siglo XVIII, tras el reinado del zar Pedro III.

El Ballet Nacional del Sodre llevó de nuevo a escena su versión de esta pieza, montaje que ya se había realizado en Uruguay en el año 2013 y que regresa con la alabanza de la crítica por su pulcritud técnica y sus soberbias interpretaciones actorales.

La compañía de danza uruguaya consiguió desdibujar las barreras que existen entre la danza y el teatro, al punto de lograr contar una historia donde las palabras sobran. El lenguaje único del arte se encuentra expresado en este montaje, repleto de una gran sensibilidad.

La historia tiene como eje central la historia de Catalina, la zarina. Tras la humillación de Pedro III decide asesinar a su esposo con la ayuda de uno de sus favoritos de la corte, haciéndose con el poder. El zarevich Pablo luchará por el poder contra su madre, como ocurre en el drama del dramaturgo inglés William Shakespeare.

La bailarina María Noel Riccetto interpretó a Catalina, mientras el personaje de Pablo estuvo a cargo de Ciro Tamayo. Riccetto brilló en su rol, como ocurrió el año pasado cuando asumió el personaje protagónico de Oneguin o Carmen.

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