Es importante recordar que la Unión Europea estudia implantar que los nuevos edificios o rehabilitados estén compuestos por un 50% de materiales reciclados o, en su defecto, que provengan de fuentes renovables. Por ello, entre otras muchas alternativas, ha emergido como solución un recurso aparentemente inverosímil: las algas marinas.

A través de este organismo marino se han creado diferentes soluciones para la construcción que prometen revolucionar la manera en que concebimos las estructuras, entre ellas, el biocemento.

¿Qué es el biocemento hecho a base de algas?

El sustitutivo al material de construcción más utilizado en el mundo funciona exactamente igual que el cemento tradicional. Se trata de una variante que se obtiene de la misma forma que este, pero al que se le han añadido bacterias y microalgas, también llamadas cocolitóforos, microorganismos unicelulares que están cubiertos por placas microscópicas hechas de carbonato de calcio, el mineral que forma las conchas y esqueletos de muchos organismos marinos.

La producción de este material innovador se presenta como una opción sostenible frente al cemento convencional ya que sus emisiones son casi nulas. Un equipo de la Universidad de Colorado Boulder, liderado por Will Surubar, ha observado en sus investigaciones que la producción de esta nueva fórmula podría ayudar a eliminar el 60 % de las emisiones asociadas con la fabricación de cemento.

Los usos de las algas

Entre las utilidades de las algas en la construcción podemos encontrar diversas e innovadoras soluciones que hacen muy versátil a este material.

  1. Pueden ser empleadas en la elaboración de biocompuestos, que son materiales compuestos reforzados con fibras de origen biológico. Estos biocompuestos se utilizan para la fabricación de elementos estructurales, como paneles y vigas, ofreciendo una alternativa más sostenible a los materiales convencionales como el acero o el cemento.
  2. Se utilizan como componente en la creación de bioplásticos, proporcionando una alternativa ecológica a los plásticos convencionales. Sus polímeros se emplean para la fabricación de materiales para revestimientos, acabados y elementos no estructurales.
  3. Ayudan al sistema de filtración y purificación de la edificación, especialmente en el tratamiento de aguas residuales. Su capacidad para absorber contaminantes y nutrientes no deseados es aprovechada para mejorar la calidad del agua antes de ser liberada al entorno.

Beneficios de las algas para la construcción

Las propiedades mecánicas de las algas, combinadas con su capacidad de crecimiento rápido y su bajo impacto ambiental en comparación con otros materiales, hacen que sean una opción atractiva en la construcción de estructuras más ecológicas y resistentes.

Uno de sus principales beneficios es su capacidad de “autocuración”. Y es que mientras que el cemento convencional suele agrietarse con el paso del tiempo, lo que produce humedades y filtraciones en los edificios, el biocemento utiliza las algas y las bacterias que contiene para evitarlas.

Otro de los beneficios de las algas, según pruebas del Instituto Franunhofer de Física de Construcción (IBP) de Alemania, es que cuentan con propiedades ignífugas y prometen una gran resistencia a procesos de degradación microbiana gracias a la ausencia de proteínas en su estructura.

Además, las algas cuentan con una característica muy interesante para la edificación, y es su gran capacidad como aislante. Este organismo puede emplearse como material de aislamiento térmico y acústico en su forma natural, sin necesidad de realizar con ellas complejos procesos de transformación y sin la utilización de productos químicos.

Finalmente, un aspecto clave de este recurso marino es su capacidad de aborción de CO2 durante el proceso de la fotosíntesis, una propiedad que  puede contribuir a la reducción de las emisiones de carbono. De hecho, ciudades con grandes volúmenes de turismo como Madrid, han puesto sobre la mesa proyectos con algas para compensar las emisiones producidas por la actividad humana. En concreto, el Ayuntamiento de Madrid presentó en 2021 un proyecto de tótems con algas que serían capaces de generar el oxígeno equivalente a 368 árboles cada uno.

Combinando tradición e innovación: la Modern Seaweed House

Modern Seaweed House. Foto: Dezeem

La Modern Seaweed House es una casa danesa diseñada por la firma de arquitectos Vandkunsten y desarrollada por Realdania Byg como lugar de vacaciones. Construida con madera, la vivienda está cubierta y aislada con algas, que se integran estéticamente en el paisaje boscoso.

La casa es parte del proyecto Realdania Byg ‘Casas de algas en Læsø’ que incluye, entre otras, la ‘Casa Kaline’, una casa de algas marinas original de 1865, adquirida y restaurada en 2012. Ambos hogares tradicionales fueron construidos usando una estructura robusta de madera con techos de algas, aprovechando así este recurso tan abundante en la zona.

Pero la Modern Seaweed House no es una réplica del estilo de construcción del pasado, sino un desarrollo inspirado en la historia de la arquitectura de Læsø. En contraste con las casas históricas, en las que el alga marina se apila en el techo, en esta casa el alga tiene usos y aplicaciones contemporáneas.

Se utilizan de manera invisible para los suelos aislantes y también en módulos de construcción prefabricados que conforman el marco de la casa.

Con el empleo de este tipo de biomateriales, el futuro más próximo de la construcción podrá incluir la reducción y compensación eficiente de las emisiones de carbono, así como la producción de nuevas formas de bioenergía. Además, la incorporación de las algas como material de construcción es una forma creativa de introducir naturaleza para que las ciudades se vuelvan más ecológicas y pasen de ser consumidoras a ser productoras de energía, invirtiendo el insostenible modelo actual. 

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