En opinión de la directora del Museo de Arte Popular de Petare, Bárbaro Rivas, Carmen Sofía Leoni, la expresiones de arte popular no peligran en Venezuela y prueba de ello la muestra “ Festividades del solsticio de invierno en la tradición» venezolana “ que clausuró el domingo pasado en la Hacienda La Trinidad.
La Paradura del Niño, antigua celebración de los Andes que se realiza en el mes de enero, coincidió el domingo pasado con la clausura de la exposición,»Festividades del solsticio de invierno en la tradición venezolana» en la Hacienda La Trinidad Parque Cultural.
Un nutrido público velitas en mano, participamos de la representación de la búsqueda del Niño Jesús robado y como siempre ocurre cuando muchas personas caminan y cantan juntas, se produjo una grata sensación a la hora de compartir la letra de un cancionero “que no ha cambiado desde que yo era niña” aseguraba una señora y un joven le dijo a su madre : » ésta es la efeméride que me hiciste cuando estaba en primaria» mientras que otra persona señaló : “ yo sabía que el Niño estaba ahí”, junto a un sinfín de exclamaciones de júbilo cuando finalmente el Niño fue reconducido al nicho donde lo esperan las tallas de Mariano Rangel en la obra «Nacimiento».

Conversamos con la Directora de la Hacienda La Trinidad sobre la gran cantidad de público y expositores que hay en este evento, la alianza de tres instituciones que lo hicieron posible y la mística de los consecuentes promotores de la cultura popular en el país.
-Absolutamente – dice Silvia Fuentes – primero hay un compromiso con todo lo que son los valores tradicionales venezolanos, y en eso coincidimos la Fundación Bigott que tiene una trayectoria impecable en el cuido de la cultura popular en todo sus ámbitos, el Museo de Arte Popular de Petare Bárbaro Rivas, que tiene una maravillosa colección y la Fundación de la Hacienda La Trinidad que cedió su sede a fin de trasladar al sureste de la ciudad, una muestra de las joyas de la colección del Museo de Petare para que los vecinos de este sector, tengan un fácil acceso a ellas. Esta exposición originalmente es más prolongada y abarca todo el Solsticio de Invierno desde noviembre con la bajada de la Virgen de la Chinita hasta La Candelaria que se celebran el 2 de febrero pero decidimos clausurar en la muestra que contiene elementos paganos y divinos, con la representación de la Paradura del Niño. El 19 de enero.
-¿Quién diseñó la exposición?
-La exposición es un trabajo conjunto de las tres instituciones pero el texto de “Festividades del solsticio de invierno en la tradición venezolana” lo escribió Karina Zavarce por parte de la Fundacioòn Bigott, Los promotores hicimos una selección de obras teniendo en cuenta el espacio con criterios de conservación y museología.
– ¿El arte popular se actualiza?
— Sí tiene variaciones a través del tiempo y mi percepción es que el arte popular se va actualizando y se va enriqueciendo de todo lo que ocurre. Muchos piensan que es un arte como rural, que es el arte de las regiones, pero en las ciudades también se da. Y como la cultura vive, evoluciona e incorpora nuevos elementos. Por ejemplo, aquí hay una obra sobre la celebración de un fin de año con fuegos artificiales en Petare y en general la temática gira en en torno al desarrollo de la cultura del venezolano
-Esta exposición – continúa Silvia Fuentes- convive con una cantidad de actividades que la complementan. Por ejemplo, la semana pasada fuimos a Petare e hicimos un recorrido por las instituciones aliadas y por el Casco Histórico de Petare y allí encontramos auténticos vestigios del pasado.
-Esta hacienda también tiene su historia…
La Hacienda La Trinidad, es una institución patrimonial y cultural. La casa es de 1740 y fue una hacienda que tuvo primero café y luego tabaco en sus secaderos , también caña de azúcar, de allí el trapiche que se encuentra más arriba. Entonces, lo que se busca es una forma de mantener y preservar el patrimonio con mirada contemporánea.
Acto seguido conversamos con uno de los pilares de la cultura venezolana, la directora del Museo de Arte Popular de Petare Bárbaro Rivas, Carmen Sofía Leoni

– ¿Cómo encara el Museo de Arte Popular de Petare una institución que se caracteriza el creciente empleo de los medios digitales que de pronto apartan al venezolano de su identidad y hasta de su entorno físico?
– Yo diría que la mayor barrera sobre los medios digitales que tenemos en el Museo Bárbaro Rivas es que no tenemos internet. Porque el internet puede ser malo pero también puede ser bueno debido a que permite comunicarse con la mayoría de la gente. Y aquí, hoy, uno ve el ejemplo de una convocatoria. Aquí está llegando la gente, primero porque este es un lugar hermosísimo, que atrae mucho y aquí la gente se siente segura que es un detalle también importante. Pero yo creo que la llegada de tanto público, tiene que ver mucho con la forma de transmitir la información.

– Nosotros hemos comprobado – continúa- que la gente llega al museo con aquella emoción, por esa necesidad que todos tenemos de volver a ser lo que hemos sido siempre, de retomar nuestras tradiciones, y disfrutar las cosas sencillas de la vida, Sí hay una contradicción grande entre la labor de una institución como la nuestra y los contenidos fuertes que nos rodean pero los muchachos también se sensibilizan, y nosotros hacemos un trabajo con las escuelas que poco a poco tiene efecto en la comunidad
– ¿Quiénes son los artistas ingenuos que presentan sus obras en esta exposición?
– Son artistas de vieja data por su edad o por su experiencia. No hay muchos recientes. El arte popular es la expresión más genuina del pueblo. Yo viví en Europa de jovencita dos años, pero cuando llegué al Museo de Arte Popular de Petare, sentí que eso ero lo que me atraía de verdad porque en esas obras había plena libertad en las formas de expresión , en su forma de ver de ver las cosas, lo que hacían me parecía auténtico y me llegaba mucho. Creo que en general eso siente la gente ante una expresión cultural espontánea.
Cuando empecé a conocer el arte popular por 1984 – dice la directora del Museos de Arte Popular de Patare Bárbaro Rivas- todavía era un arte más rural que citadino, porque una de las condiciones del artista popular es su cotidianidad . Si vive en la ciudad su obra refiere sus convivencias cotidianas pero, en el campos andinos y todo el occidente de Venezuela el contenido es muy religioso porque eso forma parte de su identidad. Ellos van a la iglesia pero representan a los santos de una manera diferente .No los copian porque tienen esa libertad creativa. A veces dicen que el objeto, el palo del cual extraen la talla,les sugiere lo que deben crear. Los artistas populares no tienen una formación académica, pero en el caso de las obras religiosas, la iglesia es su academia.

-¿Se puede comparar la valoración comercial del cuadro de un artista como Oswaldo Vigas, por ejemplo, con la de un artista popular?
-Yo no puedo comparar el mercado de un Oswaldo Vigas con el de una cuadro de Josefa Sulbarán, sin contar que ella es una maestra realmente. Entre otras razones por la poca divulgación y la escasa cantidad de obras que tiene ella en comparación con la gran producción de Vigas. El único comparable y superior es Bárbaro Rivas, obviamente.Sin embargo hay varios artistas ingenuos con mucho renombre. Por ejemplo, Josefa Sulbarán, Liliano Vargas, Feliciano Carballo, Víctor Millán y Manasés o Esteban Mendoza a quién apodan el rey del claro – obscuro y es del Estado Yaracuy.
-Pudimos conocer de su propia voz, que muchos artistas populares desisten de su trabajo debido a la dificultades económicas por las que atraviesan.
-Es cierto. Ellos dicen : “ Yo voy a un mercado me traigo a la casa un guacal de aguacate y en la tarde tengo dinero pero si hago una talla ¿cuánto tardará hasta que venga una persona a comprarla? La esperanza es es que puede que haya un cambio y que los artistas retomen su trabajo. Hay artistas y por eso el arte popular no peligra.

La tercera institución que intervino en la alianza fue la Fundación Bigott y su aporte a esta jornada redundó en un número de obras para la exposición, en el texto de sala y apoyo en el montaje de la muestra así como todo lo concerniente la representación de la Paradura del Niño. Aquí destacaron las interpretaciones vocales e instrumentales de la agrupación «Los Escarpines del Niño Jesús» integrada por profesores de los talleres de la Fundación Bigott ; la cantadora tradicional Belkis Figuera, el profesor Raúl Hernández en el cuatro, Iván Lira interpretando el tambor de parranda, Runier Barbosa en la charrasca. Además el desfile contó la participación de un grupo de alumnos de los talleres de la fundación.
Todas las fotos de este reportaje son de Theo Chang