Debe ser sorprendente descubrir que albergas una obra de arte de varios millones de dólares entre los trastos que acumulas en tu casa. Algo similar ocurrió a la estrella de rock Alice Cooper, quien por más de 40 años tuvo tirado un lienzo de Andy Warhol enrollado en un tubo, pieza que se titula Silla eléctrica pequeña y que corresponde a la serie Muerte y desastre.

La obra de Warhol por lo visto era parte de los enseres de una espeluznante gira del cantante en la década de los sesenta, que incluía entre otras cosas, una silla eléctrica verdadera. Por aquella época tanto la estrella de rock como el controversial artista se hicieron amigos, por lo que no es de extrañar esta colaboración.

Parte del performance de aquella época incluía una escena en la que Cooper fingía su muerte en una silla eléctrica. La pintura de Warhol se basa en una fotografía de prensa del año 1953 tomada en la sala de ejecuciones de la prisión Sing Sing, con la misma silla en la que murieron Julius y Ethel Rosenberg, personas condenadas por vender información atómica a los rusos.

Hace cuatro años Shep Gordon, el manager de Alice Cooper, recordó la existencia de la obra y comenzó a buscarla hasta que la encontró y le aconsejó al rockero que se quedara con ella, pero el intérprete no mostró demasiado interés. En el año 2014 alcanzó un precio de venta de más de 11 millones de dólares, en la actualidad se ignora cuánto puede costar.

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