Como ya hemos comentado en otras ocasiones, uno de los pilares básicos de la arquitectura sostenible es un buen aislamiento térmico, ya que gran parte del consumo de energía procede del uso de sistemas de acondicionamiento, tanto de calefacción como de refrigeración.

El primer paso para garantizar una mayor eficiencia y ahorro energético es el uso de materiales de construcción aislantes, pero no es lo único que podemos hacer para garantizar un buen aislamiento. Existen otros factores, como la forma de construir los edificios, a los que también debemos prestar atención para lograr reducir el consumo de energía.

En el post de hoy hablamos de las casas termo, un tipo de vivienda pasiva en el que el modo de construir es la clave de su eficiencia energética.

Fuente: iStock.

Qué son las casas termo

Estas viviendas constituyen un tipo de  las conocidas como casas pasivas, aquellas que utilizan medios arquitectónicos en su construcción para obtener una eficiencia energética superior a la de las casas tradicionales. Todas ellas disponen del sello Passivhaus, un estándar de certificación energética que garantiza el máximo confort para sus usuarios, una buena calidad del aire interior y un consumo energético casi nulo.

El objetivo de este estándar, creado en 1996 en Alemania por el Passivhaus Institut, es garantizar que la eficiencia energética y el confort de un edificio van a perdurar durante toda su vida útil. Además, este título acredita que las construcciones ahorrarán entre un 75% y un 90% de las necesidades de calefacción y refrigeración.

Las casas termo se caracterizan por mantener una temperatura constante todo el año y en todas las estancias, con un consumo energético muy reducido. El truco se encuentra en la forma en la que están construidas, que favorece un aislamiento térmico tan potente que impide el paso de corrientes de aire.

Como resultado, estas viviendas mantienen la misma temperatura en el interior durante todo el año, independientemente de las condiciones climáticas externas. Este proceso no dificulta la buena ventilación, ya que presentan unos recuperadores de calor que evitan que se produzcan grandes variaciones de temperatura cuando, por ejemplo, se abren las ventanas o las puertas.

Principales características de las casas termo

Las claves que se tienen en cuenta a la hora de construir este tipo de viviendas son:

  • Confort térmico: Un aislamiento térmico que evite las filtraciones de aire y favorezca que todas las estancias de la casa mantengan la misma temperatura en cualquier época del año.
  • Ventilación mecánica: Este tipo de ventilación permite intercambiar aire con el exterior sin que se produzcan grandes variaciones de temperatura durante el proceso.
  • Ausencia de puentes térmicos: Este concepto hace referencia a los puntos concretos de la envolvente de un edificio donde hay una menor resistencia térmica y, por tanto, se producen pérdidas de energía.
  • Sistemas de control dinámicos: Su función es la de permitir la entrada y salida de aire y energía a voluntad del propietario en función de la época del año. Un ejemplo de este tipo de sistemas son las persianas graduables.
  • Ahorro energético: Todos estos aspectos que se tienen en cuenta en la construcción de casas termo se traducen en un ahorro significativo en el consumo energético y, en consecuencia, en una importante reducción del coste de las facturas.

El certificado Passivhaus, sello de eficiencia energética

La urbanización El Peral, situada en Valladolid y diseñada por el estudio de arquitectura de Alberto López Merino, es un buen ejemplo de la construcción de casas termo. Este residencial, al que se le ha otorgado el certificado internacional Passivhaus, cuenta con 74 viviendas unifamiliares habitadas y otras 39 en ejecución.

Desde fuera, estas casas termo son como cualquier otra vivienda pasiva. La diferencia se aprecia cuando se accede al interior. Son edificios muy bien aislados, sin puentes térmicos, con un diseño bioclimático, sin infiltraciones de aire y con unas carpinterías de altas prestaciones. Gracias a ello el confort térmico y acústico es total. La temperatura media de estas viviendas se sitúa entre los 21,5 y los 22 grados, tanto en verano como en invierno.

La ventilación controlada con recuperadores de calor permite renovar el aire de la vivienda, se abran las ventanas o no, recuperando entre el 80 % y el 90 % de la energía que se encuentra dentro de la casa. Además, el aire del exterior llega filtrado, lo que provoca una sensación de aire limpio, sin olores ni partículas nocivas. Esta forma de ventilar la vivienda disminuye el riesgo de aparición de patologías, tanto en verano como en invierno. Igual de importantes son los sistemas de control dinámicos, como las persianas o toldos, que le otorgan al propietario la capacidad de regular la entrada y salida de luz y energía según sus necesidades.

La poca energía suplementaria que puedan necesitar las casas termo se cubre con energías renovables como, por ejemplo, la aerotermia. Este sistema aprovecha la energía del aire para producir agua caliente, calefacción y climatización garantizando un ahorro del 50% con respecto a los sistemas de acondicionamiento tradicionales. Otra de las viviendas de este residencial presenta placas fotovoltaicas instaladas en la cubierta, lo que disminuye su dependencia de la electricidad casi al completo.

Urbanización El Peral (Valladolid). Fuente: López Merino Arquitectos.

En los últimos años, tanto el número de proyectos de casas pasivas como el número de certificaciones Passivhaus que se conceden está en aumento. Por un lado, esto se debe a los múltiples beneficios que poseen este tipo de viviendas, como las casas termo, entre los que destacan el confort térmico y el ahorro energético. Por otro lado, los avances de la legislación europea para reducir el consumo de energía de los edificios suponen un impulso para la construcción sostenible.

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