Dos días antes de que estallara la Guerra Civil española, en el parque del Retiro comenzaba la filmación de Carne de fieras. El equipo posaba para la cámara para dejar registro del primer día de grabación, sin pensar que ninguno de ellos podría acudir al estreno del film que se produjo 56 años más tarde.

Muchos críticos han visto en Carne de fieras a una producción bastante singular dentro del trabajo cinematográfico que se desarrolló en la nación ibérica en la década de los treinta, y más aún, dentro de la historia filmográfica de esta nación, por eso algunos definen el film como “una rareza”.

Sin embargo, lo que más apasiona de Carne de fieras es la desaparición de buena parte del equipo que integraba el largometraje, y el extravío de la propia cinta, que permaneció desaparecida por años.

La cinta estaba inspirada en un espectáculo circense en el que Marlène Grey (la misma mujer que accedió a protagonizar la película), era introducida a una jaula en topless con cuatro leones. Arturo Carballo, al ver el éxito de la atracción, encargó un guión basado en esta experiencia e inició su rodaje el 16 de septiembre de 1936.

Por aquella época en España, se encontraban en rodaje 15 películas. Luis Buñuel estaba produciendo Centinela alerta, un film de Jean Grémillon, y al estallar el conflicto, hizo salir al cineasta francés de tierras ibéricas y tuvo que asumir la dirección para acabar el largometraje. La mayoría de estas producciones lograron estrenarse, no sin grandes inconvenientes, salvo Nuestra Natacha.

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