Muchos lugares de Europa albergan en la actualidad algunos de los acueductos más hermosos del mundo que han sobrevivido a los siglos como testimonio de los grandes logros de la ingeniería romana, conocida por su grandeza. El Pont du Gard de Francia es uno de ellos, construído en el siglo I.

Este acueducto alcanza 275 metros de longitud y se encuentra dividido en tres niveles. Levantada sin argamasa, esta obra de gran valor fue edificada con la ayuda de grapas de hierro que se usaron para unir los enormes bloques de piedra, algunos de ellos de más de siete toneladas de peso.

El Acueducto de Segovia en España es uno de los más hermosos en todo el mundo. Esta estructura es una de las obras más soberbias que los romanos dejaron dispersas por su enorme imperio y como ocurre con el de Pont du Gard también se remonta al siglo primero. 167 arcos integran esta pieza, donde no se usó argamasa, además que al atravesar la ciudad, tiene un toque impactante.

El Acueducto de los Milagros en Mérida, España, es una obra imponente que alcanza los veintisiete metros de altura. Su misión original era abastecer de agua la ciudad de Emérita Augusta, transportando el vital líquido desde el embalse de Proserpina, a doce kilómetros de distancia. Tiene una longitud de 800 metros.

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