El Museo Arqueológico Nacional de Grecia, ubicado en Atenas, alberga en sus almacenes tesoros maravillosos, que si se encuentran ocultos a los ojos del público, es únicamente porque no existe en sus galerías el espacio suficiente para exhibirlos todos.

Estos invaluables objetos, que tampoco se prestan con facilidad debido a su riqueza artística, salen a la luz eventualmente en exposiciones itinerantes, como la de “la crátera de la batalla” descubierta por Heinrich Schliemann en las excavaciones de Micenas, y que estará visible al público hasta finales de septiembre.

Schliemann dio con esta hermosa pieza en el año 1876 en la tumba IV del círculo funerario A hallado en Micenas. Se cree que la crátera, que se usaba para almacenar la mezcla de agua y vino, perteneció a un joven príncipe micénico, y fue hallada junto a otros tesoros, como espadas, objetos de oro y plata y pequeñas piezas escultóricas de marfil.

La crátera, hecha en plata, fue sometida a un proceso de restauración que estuvo a cargo de los especialistas en metales del museo ateniense. Data del siglo XVI antes de Cristo y es la primera pieza que forma parte del programa El museo invisible, en el que los encargados del Museo Arqueológico Nacional de Atenas sacarán a la luz cada dos meses una obra emblemática de sus valiosos almacenes.

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