La región de Castilla-La Mancha en España guarda bellezas arquitectónicas y naturales dignas de ser descubiertas. Una de las grandes protagonistas de esta región es la ciudad amurallada de Toledo, que se encuentra situada en el centro peninsular y que alberga el legado cultural y arquitectónico de las culturas cristiana, árabes y judías.

Toledo se caracteriza por la enorme diversidad que demuestra, por lo que sus interminables calles y callejones empedrados son siempre un deleite para sus visitantes. La ciudad, a solo un par de horas de Madrid, posee templos cristianos, mezquitas árabes y sinagogas judías que reflejan buena parte de la historia de España.

Compite en belleza con Toledo la ciudad de Cuenca, conocida también como La capital de las casas colgadas, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1996. Este destino, que goza de una gran gastronomía, es ideal para disfrutar de la arquitectura, además de visitar los numerosos museos que se conservan en la localidad.

Alcalá de Júcar es otro de los tesoros de Castilla-La Mancha. Es uno de los destinos rurales preferidos por los turistas españoles y la ciudad se caracteriza por sus empinados callejones, casas populares pintadas de blanco y notables monumentos históricos, entre los que destaca la Ermita de San Lorenzo, edificación de estilo neoclásico.

También se distingue en Alcalá de Júcar su plaza de toros, una construcción que se caracteriza por su forma ovalada, recordando a un estadio romano clásico, como los que eran edificados en la época de los gladiadores.

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