Benedicto XIII fue el encargado de inaugurar la escalinata de la Plaza de España en la ciudad de Roma en el siglo XVIII, con motivo a la celebración del Jubileo del año 1725. Esta obra, compuesta por 135 peldaños, es una de las escalinatas más célebres del mundo, y tenía como finalidad conectar la embajada de España con la iglesia de la Santísima Trinidad en Monte Pincio.

La escalinata fue sometida a un trabajo de restauración que se extenderá por más de once meses y que tuvo un costo de un millón y medio de euros, financiados por la firma Bulgari. Aunque se tenía previsto que las obras culminaran a principios de agosto, las labores de restauración se extenderán hasta septiembre.

Una decena de trabajadores, acompañados de un grupo de expertos, se encargan de devolver a la escalinata de la Plaza de España su esplendor original, sin embargo las obras casi fueron paralizadas ya que los encargados de la restauración amenazaron con irse a huelga, pues no habían recibido sus honorarios.

Los retrasos han causado el enojo de los comerciantes de la zona, ya que el turismo ha mermado en el lugar. Esta escalinata monumental cuenta con numerosas terrazas jardín que son adornadas en primavera y verano con hermosas variedades florales. La escalinata del siglo XVIII ha sido escenario de diversos desfiles de moda.

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